La debilidad del crecimiento alemán ensombrece la recuperación en Europa
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Wim Duisenberg, considera que en la zona euro se dan las condiciones necesarias para que se consolide la recuperación económica atisbada a finales de año, aunque persiste la incertidumbre sobre la intensidad de la reactivación, según asegura en el prólogo del informe anual del instituto, publicado ayer.
Duisenberg constata que 'la situación económica de la zona euro empeoró el año pasado como resultado de la desaceleración de la economía mundial', agravada tras los atentados del 11 de septiembre, lo que supuso 'un desafío' para la ejecución de la política monetaria del BCE, aunque a finales de año se observaron los primeros indicios de reactivación de la actividad.
Esta situación en Europa se enfría por la creciente preocupación por la endeblez del crecimiento en Alemania.
En su informe, los institutos de Berlín, Hamburgo, Kiel, Halle, Essen y Munich parten de un crecimiento económico del 0,9% este año y del 2,4% el próximo.
El auge, aunque menor que en el resto de Europa, será sobre todo consecuencia de la mejora del entorno económico mundial, especialmente de la expansión en Estados Unidos, de un repunte de las inversiones y de la bajada de los precios del petróleo.
El ministro de Finanzas, Hans Eichel, que prevé un crecimiento ligeramente inferior (0,75%) interpretó por ello los pronósticos como un respaldo a la política financiera del ejecutivo.
Pese a que los economistas hablan de claros síntomas de auge, no creen que éste tenga repercusiones inmediatas en el mercado laboral, y para el año en curso incluso parten de un ligero aumento de en torno a 100.000 parados respecto a 2001.
Según el pronósticos, la cifra de parados ascenderá así a 3,9 millones, lejos por tanto de los 3,5 millones que el canciller, Gerhard Schröder, se había puesto como meta tras ser elegido en 1998. El índice de desempleo aumentaría así del 9,1% en 2001 a un 9,3% en este año.
En materia de consolidación fiscal, los seis principales institutos de estudios económicos han avalado la política del actual Gobierno, pero advierten que para alcanzar el compromiso contraído con la Unión Europea de cara al 2004, será necesario un severo programa de ahorro.
Durante la presentación de su informe de primavera, los expertos subrayaron que el objetivo de alcanzar un presupuesto 'cercano al equilibrio' en el año 2004 sólo será posible con un programa de recortes, cuyo volumen total ascienda a 16.000 millones de euros (13.920 millones de dólares).
Aunque los expertos evitaron hacer propuestas sobre los recortes concretos que, a su juicio, tendrá que efectuar el Gobierno, advirtieron que en ningún caso deberá afectar a las inversiones públicas, pues, de lo contrario, se estrangularía el incipiente auge económico.
Ante la necesidad de cumplir el objetivo presupuestario, los expertos calificaron de poco realista las promesas del candidato conservador a la Cancillería en las elecciones de septiembre, Edmund Stoiber, de bajar los impuestos.
El presidente del Eurobanco advierte que en 2001 la situación presupuestaria general de la zona euro se deterioró por primera vez desde 1993, de manera que 'la mayoría de los países no pudieron alcanzar los objetivos fijados en sus programas de estabilidad' y cifró la desviación en un 0,7% del PIB'.
Así, el déficit presupuestario de los países de la zona euro aumentó en 2001 hasta el 1,3% del PIB, debido al funcionamiento de los estabilizadores automáticos y a la introducción de recortes fiscales en algunos países de la Eurozona. El no cumplimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento perjudicaría la política fiscal de la eurozona, lo que tendría consecuencias negativas para el crecimiento y para la estabilidad de precios, advierte Duisenberg.
Papademos tiene el apoyo de la comisión del PE
La Comisión Económica y Monetaria del Parlamento Europeo aprobó ayer la candidatura de Lucas Papademos a la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE). Papademos, gobernador del Banco de Grecia, sólo necesita ahora el apoyo del pleno del Parlamento Europeo y la ratificación por los jefes de Estado y Gobierno de la UE para sustituir al francés Christian Noyer a partir del 1 de junio. El candidato, que obtuvo el respaldo de los miembros de la comisión parlamentaria con tan sólo una abstención, ya cuenta con el apoyo de la dirección del propio banco y del Consejo de Ministros de la UE.
El nombramiento de Papademos fue acordado en la reunión informal del Consejo de Economía y Finanzas (Ecofin) celebrada en la ciudad española de Oviedo el pasado 13 de abril. También se había presentado el belga Paul de Grauwe para sustituir a Noyer, el primer miembro del directorio del BCE que agota su mandato.
El pleno del Parlamento Europeo votará la recomendación para su nombramiento definitivo durante la sesión que comienza el próximo 14 de mayo. Los líderes de la Unión Europea decidirán después, probablemente por procedimiento escrito u oral, el nombramiento de Papademos.