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Encuentro

La crisis árabe-israelí empaña la Conferencia Euromediterránea

Ya en la convocatoria, la crisis de Oriente Próximo ha estado latente. Hasta ayer, Siria y Líbano se han negado a compartir sala con el representante del Gobierno de Ariel Sharon, a quien el embajador sirio en Madrid, Mohsen Bilal, ha calificado de 'enemigo de la humanidad'. Líbano además, despertó la ira de la Comisión Europea el pasado viernes, cuando anunció que posponía la firma de un acuerdo de asociación, previsto, junto con otro entre la UE y Argelia, para este encuentro.

Con estas circunstancias, el Gobierno español ya considera un éxito que la cita entre los Quince y los otros 10 países de la ribera mediterránea que han confirmado su asistencia (Argelia, Chipre, Egipto, Israel, Jordania, Marruecos, Malta, la Autoridad Nacional Palestina -ANP-, Túnez y Turquía) sea a nivel ministerial. Sólo una excepción: el secretario de Estado de Marruecos de Exteriores, Fassi Fihri, acudirá en lugar del ministro. Pero los ojos estarán puestos en dos representantes: el ministro israelí de Exteriores, Simon Peres, y el ministro de Cooperación de la ANP, Nabil Shaat.

Los Quince mantendrán encuentros bilaterales con ambas partes, pero, como el secretario para Asuntos Exteriores, Miquel Nadal, afirma, el Gobierno español, que ostenta la presidencia europea, desea 'que el proceso de paz en Oriente Próximo no monopolice la conferencia'.

La atención se quiere centrar en el relanzamiento del proceso de Barcelona, firmado en 1995 con la intención de aumentar la colaboración en aspectos políticos, económicos y sociales en los países de la cuenca mediterránea. Pero en siete años, como Nadal reconoció, el proceso 'no ha estado a la altura de las expectativas'. Si se perseguía acercar los países del norte al sur, cada vez la brecha es más grande. Frente a una renta per cápita de 1.500 dólares (1.710 euros) en el sur, el norte disfruta de una renta per cápita de 20.000 dólares (22.800 euros) al año.

Un plan de acción

La negociaciones en Valencia concluirán, si las propuestas del Gobierno español salen adelante, con la aprobación consensuada de un plan de acción. æpermil;ste recoge una treintena de iniciativas enmarcadas en tres aspectos: político, económico y social. En cuanto al primero, se prevé la creación de una asamblea parlamentaria con participación de diputados del Parlamento Europeo y de los otros 12 países. Además, el texto recoge un acuerdo en cooperación judicial y asuntos internos.

En materia económica, el Gobierno español habla de 'facilidad financiera', en referencia a lo ya expresado en la reunión del Ecofin de marzo, en la que se apoyó duplicar los recursos del BEI (Banco Europeo de Inversiones) destinados a los países del sur y este del Mediterráneo. Túnez, sin embargo, anunció el viernes que presionará para que se relance la idea del Banco Euromediterráneo de Desarrollo, un proyecto que la presidencia española no consiguió sacar adelante en la Cumbre de Barcelona. La nueva línea de crédito 'no está a la altura de las esperanzas de la parte Sur', dijo el ministro de Comercio, Tahar Sioud, informa Efe.

En lo referente al aspecto cultural y social, Nadal defiende que ha cobrado más importancia tras el 11-S. En proyecto está la creación de una fundación conjunta y un programa de intercambio universitario.

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