Repsol se aprieta el cinturón
La petrolera reúne a sus accionistas después de que la caída del crudo y la crisis argentina la hayan obligado a poner en marcha un austero plan que pasa por reducir el dividendo y las inversiones para rebajar su deuda 2.500 millones de euros en 2002
Repsol YPF no atraviesa uno de sus mejores momentos. Prueba de ello son los malos resultados que su consejo de administración presentará a los accionistas para su aprobación en la junta general de accionistas, que tendrá lugar mañana al mediodía en el Pabellón de Deportes del Real Madrid. Tras la caída del 57,8% en los beneficios, hasta 1.025 millones de euros -debida en buena parte a los saneamientos por la crisis argentina-, a la petrolera no le ha quedado otra que apretarse el cinturón. Más aún teniendo en cuenta la erosionada solvencia de la compañía y las perspectivas de que se verá obligada a aumentar las provisiones en el país andino en 2002.
La mala situación que atraviesa Repsol ha llevado a sus gestores a cortar por lo sano y revisar sus objetivos para los próximos años. Para ello, ha diseñado un austero programa cuyas líneas principales pasan por un plan de ahorro de costes, una agresiva política de desinversiones y la contención de las inversiones con el fin de reducir la elevada deuda financiera. El programa no ha sorprendido a los analistas, aunque la confianza en cuanto a su cumplimiento sea relativa, teniendo en cuenta que Repsol lleva prometiendo reducir su apalancamiento desde la adquisición de YPF en 1999.
Para empezar, la compañía ha suprimido el dividendo complementario correspondiente al ejercicio 2001. Así, cuando los accionistas acudan mañana a la junta sólo habrán recibido el dividendo a cuenta, que se eleva a 0,21 euros por título, lo que supone una reducción del 58% respecto al total cobrado con cargo al año anterior y que fue de 0,50 euros. Esta decisión ha sido aplaudida por los expertos, que, en general, consideran que aunque el recorte del dividendo indica tiempos difíciles, es una demostración del firme propósito de la petrolera de rectificar su posición de duda. Algo que resulta alentador en opinión de los analistas de Merrill Lynch. 'Sobre la base del dividendo del año anterior, la decisión de no pagar complementario debería suponer la conservación en tesorería de 380 millones de euros', apuntan desde Merrill Lynch. No obstante, en términos del beneficio publicado, el pay out (parte del beneficio destinada al pago del dividendo) no varía, ya que se mantiene en el 25%.
Pero los expertos se muestran unánimes al afirmar que la ausencia de avances en la reducción de la deuda neta -que a 31 de diciembre de 2001 ascendía a 16.555 millones de euros-, ha pesado como una losa sobre la acción. De ahí que la petrolera se haya propuesto lograr un ratio de endeudamiento de entre el 30% y el 35% sobre recursos propios para 2003. En este sentido, contempla la desinversión de un segundo bloque de acciones de CLH, Enagas y otros activos para reducir la deuda neta 2.500 millones de euros. Un objetivo que los expertos consideran crucial de cara a mejorar la percepción que el mercado tiene de la compañía. El logro de este objetivo, según los expertos de Merrill Lynch, se convierte en otro obstáculo crítico a superar y deberá cumplirse principalmente con la venta de una participación del 65% de Enagas. Un dato importante es que las plusvalías por las ventas de estos activos quedarán exentas de tributación al derivar de exigencias regulatorias y ser, por tanto, obligatorias. Repsol hace con ello de la necesidad, virtud.
Otra de las preocupaciones de los analistas es que Repsol se vea obligada a desinvertir en más activos, de modo que se sacrifique 'un flujo de caja valioso y perspectivas de crecimiento', señalan desde Merrill Lynch.
Además, Repsol YPF contempla invertir en 2002 un máximo de 3.200 millones, un 20% menos de lo previsto. La inversión estimada para este año era de 4.000 millones de euros, un descenso del 13% respecto a la media prevista para el periodo 2001-2005 de 4.600 millones de euros. Dicho recorte afectará en mayor medida al área de gas y electricidad (430 millones de euros) y en menor medida a las áreas de refino y marketing (200 millones de euros), exploración y producción (150 millones de euros) y química (20 millones de euros). Además, la estrategia de la compañía contempla un programa de ahorro de costes -que el año pasado ya supuso 200 millones de euros- con el que pretende alcanzar en 2002 dos tercios de los objetivos fijados para 2005. Sin olvidar la posibilidad de que la petrolera emita acciones preferentes para reducir deuda.
A las incertidumbres que se ciernen sobre Repsol se une la onda expansiva del escándalo de las cuentas secretas del BBVA, que se ha saldado con la dimisión de Emilio Ybarra como vicepresidente de la petrolera (será sustituido por José Ignacio Goirigolzarri) y la de Alfonso Cortina como consejero del BBVA.
La situación de Argentina seguirá lastrando la cotización
Cuando los inversores acudan mañana a la junta de Repsol YPF llevarán acumulada una pérdida del 12,21% en lo que va de año. Una penalización que responde a la situación de Argentina. Pese al castigo, los analistas no se muestran partidarios de entrar en el valor a corto plazo. De hecho, las recomendaciones de los expertos no dejan lugar a dudas. UBS Warburg recomienda vender y fija el precio objetivo en los 10 euros, y Caja Madrid Bolsa, pese a haber elevado el objetivo hasta los 15,93 euros, aconseja reducir posiciones. En todos los casos, los analistas se inclinan por otras compañías del sector con mejores perspectivas. Totalfina y Eni son las favoritas. 'Teniendo en cuenta que las incertidumbres de Argentina seguirán pesando sobre el valor y que existen otras opciones en el sector con mejores perspectivas y más favorecidas por el alto precio del crudo, no somos partidarios de entrar en el valor', señala Itziar Gómez, de Safei.
Desde Merrill Lynch consideran que Repsol, al que sin atribuir valor a Argentina valoran en 12 euros por acción, sigue siendo la mayor apuesta de riesgo/recompensa del sector, por lo que estiman que sigue siendo una acción para el largo plazo.