Los analistas, cada vez más enfrentados sobre la tendencia de las Bolsas
El enfrentamiento entre los analistas sobre la tendencia futura de las Bolsas ha subido de tono en las últimas dos semanas para desorientación de propios y extraños. Hay firmas de Bolsa de prestigio que han reafirmado su apuesta por un crecimiento de la economía de Estados Unidos superior al 5% para el final de año. Bancos de inversión relevantes a nivel mundial manifiestan, mientras tanto, justamente lo contrario y apuestan por la entrada de Estados Unidos este año en una recesión económica profunda, es decir, en esa recesión tan cacareada desde 2001 que hasta ahora no ha llegado.
¿Qué carta jugar? Hasta ahora las Bolsas juegan la baza de la recuperación. Este hecho se manifiesta en la interpretación singular que los analistas estadounidenses hacen durante estos días de los resultados trimestrales.
Las cuentas que se presentan en Estados Unidos son malas en el sentido de que no justifican las valoraciones actuales de sus acciones en Bolsa. Los analistas, sin embargo, pregonan que la mayor parte de ellas se ajustan a lo previsto, aunque sean fuertes pérdidas, y que ello favorece la tendencia de fondo de los mercados, porque no hay sorpresas.
Esta negativa por parte de la mayoría de los gestores provoca fuertes alzas, asimismo, cuando esta o aquella empresa emblemática dice que lo peor ha pasado y que las expectativas son mejores. Son empresas, curiosamente, que en el primer trimestre del año pasado dijeron lo mismo.
La ceremonia de la confusión ha tenido una influencia decisiva en el aumento de la volatilidad de los índices. A final de la semana pasada, el consenso apostaba por la llegada de los principales índices a zona de mínimos del año, porque los valores líderes habían perdido los soportes técnicos. En la actual, el Gran Hermano ha tocado a rebato y reorientado la situación gracias al empuje de los valores que más pesan en las Bolsas del mundo.
El paso del cielo al infierno es cada vez más corto. Las Bolsas viven sujetas en la actual coyuntura a los criterios de la ley del péndulo, debido, precisamente, a las posiciones enfrentadas de analistas, gestores e inversores.
Los grandes juegan a ser §chicharros§
Si los viejos bolsistas levantaran la cabeza, no darían crédito a lo que sucede en la Bolsa actual. Son los nuevos tiempos, las nuevas formas de actuar y de entender las cosas. La maquinaria del tiempo, ayer como ahora, no se detiene y cada momento tiene su peculiaridad.
Que valores de capitalización máxima como Telefónica y BBVA se comporten como auténticos chicharros en lo que se refiere a las fluctuaciones bursátiles era algo impensable hasta mediados de 2001. Las sobrerreacciones a los mínimos del 21 septiembre, con alzas estratosféricas en un solo día, fueron dadas por válidas por los puristas del mercado.
Los clásicos se rasgan las vestiduras, no obstante, cuando se producen mejoras tan espectaculares en los valores más capitalizados del mercado como las del martes sin que medie algo excepcional.
Los grandes valores han perdido el recato y son capaces de tocar el cielo o el infierno en un día ¿Cómo defenderse ante tamaña volatilidad? ¿No se ha dicho siempre que los grandes valores son más seguros
Los grandes juegan a ser §chicharros§
Si los viejos bolsistas levantaran la cabeza, no darían crédito a lo que sucede en la Bolsa actual. Son los nuevos tiempos, las nuevas formas de actuar y de entender las cosas. La maquinaria del tiempo, ayer como ahora, no se detiene y cada momento tiene su peculiaridad.
Que valores de capitalización máxima como Telefónica y BBVA se comporten como auténticos chicharros en lo que se refiere a las fluctuaciones bursátiles era algo impensable hasta mediados de 2001. Las sobrerreacciones a los mínimos del 21 septiembre, con alzas estratosféricas en un solo día, fueron dadas por válidas por los puristas del mercado.
Los clásicos se rasgan las vestiduras, no obstante, cuando se producen mejoras tan espectaculares en los valores más capitalizados del mercado como las del martes sin que medie algo excepcional.
Los grandes valores han perdido el recato y son capaces de tocar el cielo o el infierno en un día ¿Cómo defenderse ante tamaña volatilidad? ¿No se ha dicho siempre que los grandes valores son más seguros