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Subidas

La especulación mueve Jazztel en espera de los términos del canje de deuda

Mientras no se sepan las condiciones de la operación, los expertos aconsejan mantenerse alejado de la acción de Jazztel. El canje de deuda por acciones hará que los tenedores de bonos entren en el capital de la compañía, con lo que la participación en el capital de los accionistas se diluirá.

'La clave es saber con cuánto capital se quedarán los accionistas actuales, si será con el 80% de la empresa, el 50% o el 25%. Mientras no se sepa, es mejor alejarse de este valor', comenta Alicia Jiménez, de Self Trade. Añade, no obstante, que la operación es buena para el negocio de la empresa, para los empleados, los clientes y los proveedores. Pero mala para inversores y obligacionistas.

La empresa paga al mes siete millones de euros en intereses de la deuda. En 2001 ingresó 220 millones de euros. El canje de deuda por acciones quitará esta losa, pero el peaje lo pagará el accionista.

Al desaparecer la carga de la deuda se abre la puerta a una fusión con Uni2. La operación no podía llevarse a cabo porque la empresa francesa no podía ensuciar su ya deteriorado balance con 676 millones de deuda de Jazztel. Ahora, si está realmente interesada en el negocio, puede comprarlo. Ahora bien, eso tampoco es motivo para invertir en Jazztel, pues una eventual opa se dirigiría a los que serán accionistas después del canje, y para entonces el inversor actual ya habrá visto diluida su participación.

Joan Bonet, de Credit Suisse, destaca, además de la dilución del capital, otro aspecto negativo: 'La empresa ha vendido bonos a 100 y los va a recomprar a 30. El mercado no se olvida de estas cosas, y será difícil que el equipo recupere credibilidad para seguir pidiendo dinero'.

Lo que llama la atención a operadores y gestores es que la empresa subiese el día que anunció una reestructuración de deuda que es claramente lesiva para el accionista. 'Creen que porque ha caído mucho ha tocado suelo. No se dan cuenta de que el juego ha terminado', comenta uno de ellos. Las agencias de calificación de riesgo, por su parte, han rebajado Jazztel al nivel otorgado a compañías en suspensión de pagos pues, consideran, el tenedor de bonos no va recuperar lo invertido.

Los expertos desaconsejan el valor. Aun cuando se conozcan los términos del canje será peligroso. Entrar ahora es suicida.

Ejemplos no muy halagüeños en Londres

 

Los accionistas minoritarios de NTL tenían un 70% de la empresa de cable, que estaba a punto de declararse en quiebra. Tenía activos de cable en el Reino Unido e Irlanda, sobre todo, y también en Francia y el Benelux. Para garantizar la supervivencia de la empresa se hizo un canje de deuda por acciones. Al final los minoritarios se quedaron con un 10% de los activos continentales.

 

 

 

 

 

 

 

Otra empresa británica de cable, Telewest, también planea un canje de deuda por acciones. Aunque ayer remontó, había caído un 40% en 10 días.

 

 

 

Ambas compañías están en similar tesitura que Jazztel. Para garantizar la supervivencia del negocio se han visto obligadas a perjudicar al accionista. Ahora Jazztel será una empresa más viable, pero tendrá el mercado en contra. Los bonistas recibirán el 30% del bono y los accionistas verán diluida su parte del capital. La pregunta clave es si, en una economía como la actual, puede una empresa sobrevivir de espaldas al mercado, con cotizaciones bajo mínimos.

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