_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La burbuja deportiva

Mercè Sala subraya las dificultades en grupos de televisión como Kirch o ITV Digital a causa de los derechos deportivos. La interrelación del deporte con las compañías de televisión ha producido situaciones económicas absurdas

La suspensión de pagos del grupo alemán de Leo Kirch y el intento del Gobierno alemán de salvar la situación para poder mantener las expectativas de los derechos deportivos han disparado la alarma sobre la absurda situación económica en la que estamos inmersos en relación a la problemática de deporte mediático. Si escuchamos la opinión de los agentes deportivos más importantes, los clubes de fútbol, parece que este deporte es la panacea de la televisión, así lo corrobora la opinión de la gran mayoría de aficionados que creen que, gracias a la gestión de los derechos de transmisión de sus partidos, han logrado sanear las cuentas de unos clubes que años atrás parecían maltrechos.

Pero, si nos atenemos a la opinión de los responsables de las televisiones, la situación parece exactamente la contraria, en tanto que el deporte es el principal causante de los déficit o pérdidas de los canales públicos. El tema no es nuevo y yo misma lo destacaba hace un poco más de un año. Desde entonces he ido siguiendo con interés todas las informaciones que se han generado al respecto.

Si observamos la situación desde la perspectiva del deporte, los datos que he ido acumulando demuestran que los ingresos de los equipos españoles de la Liga de Fútbol de Primera y Segunda División, derivados de los derechos de televisión, suponen el 51% del total de ingresos, muy por encima del 24% que obtienen de la venta de entradas y de los abonados. Por otra parte, el peso de la televisión no ha dejado de crecer a lo largo de la pasada década y sitúa a nuestro país en primer lugar si nos comparamos con otros de ámbito europeo. Concretamente, en Francia representan el 41%; Alemania e Italia, algo más del 31%, y en Inglaterra se sitúan en el 29%. Por tanto, o bien nuestras entradas son más baratas o nuestras televisiones son más generosas a la hora de pagar por transmitir acontecimientos deportivos.

A la vista de ello, se podría pensar que esta nueva fuente de recursos ha servido para sanear las cuentas de los clubes, tal como ya he insinuado, pero la realidad no parece ser ésa, ya que nuestros clubes continúan fuertemente endeudados.

La pregunta es, por tanto, ¿adónde han ido a parar esos nuevos ingresos? La respuesta es, sin ninguna duda, que a pagar las increíbles fichas de nuestros futbolistas que todos sabemos que están entre los mejor pagados del mundo, con casos estelares como los de Zidane o Figo. Precisamente, recuerdo que una persona me comentaba que el valor del traspaso de este último jugador equivalía al coste que el Ministerio de Fomento pidió a la Generalitat de Catalunya por llevar el AVE al aeropuerto de Barcelona.

Por tanto, a mi entender, ni los clubes ni los aficionados se han beneficiado de esa situación. Probablemente, la liga sería igualmente interesante y con la misma rivalidad y calidad deportiva si se pagara lo que realmente vale.

Si contemplamos la situación desde la perspectiva de las televisiones, la información es más escasa y opaca, pero los indicios son claros, por una parte, los canales privados gratuitos han renunciado a las grandes transmisiones deportivas porque no sólo no les reportan beneficios, sino que les suponen pérdidas; por otra, hace unos meses se hizo público que los propietarios de Audiovisual Sport (Sogecable, Telefónica y TVC) tuvieron que provisionar en sus cuentas una pérdida acumulada de unos 300 millones de euros. Aunque esperan poder recuperarlos, en años futuros, mediante una mayor implicación de los clubes en la explotación de los derechos y a través de la potenciación real de la transmisión en los canales de televisión de pago, para lo que se deben tomar medidas más duras y exigentes en el sistema de provisión de tarjetas de abono y en las retransmisiones en los bares.

Abundando en la situación, se deberían solicitar los datos a todas las televisiones públicas de nuestro país para corroborar las que ya se publicaron en su día referidas a la televisión pública catalana, que demostraban que las pérdidas por cada partido mostrado vienen a ser la mitad de lo ingresado, o, lo que es lo mismo, el coste de los derechos acordados con los clubes deportivos es el doble de lo que se acaba ingresando por publicidad directa o indirecta. Para la televisión catalana esto puede alcanzar un cifra que se acerca al 15% del total de las subvenciones que recibe del sector público catalán y que naturalmente provienen del bolsillo de los contribuyentes.

En resumen, las empresas propietarias de derechos deportivos o están en una situación compleja como la de Audiovisual Sport o tienen graves problemas de supervivencia, como es el caso de la citada Kirch y la británica ITV Digital, que le precedió hace unos meses en la suspensión de pagos, las corporaciones televisivas públicas pierden dinero con el fútbol y los clubes subsisten en una azarosa senda de viabilidad económica.

Nos encontramos, pues, ante dos paradojas: la primera, que la opinión pública, sorprendentemente, apenas se alarma por el escándalo de la remuneración de los reyes del deporte y no perdona, con toda la razón, ni a políticos ni a banqueros ni a empresarios; la segunda, la ausencia de crítica a la actitud del sector público que consiente en sufragar con el dinero de los impuestos el desmesurado gasto de las competiciones deportivas más populares.

¿Cuánto tiempo podrá aguantar esta nueva burbuja financiera en versión deportiva?

Archivado En

_
_