La Corporación Guissona aprobará la salida a Bolsa en su próxima junta
El grupo Corporación Alimentaria Guissona aprobará en su próxima junta de accionistas su salida a Bolsa. El consejo de administración de la compañía propondrá a sus accionistas cuatro cambios estructurales en la actual organización de la empresa para facilitar su conversión en una sociedad cotizada.
En primer lugar, la corporación leridana, considerada hasta hace un par de años como la segunda entidad cooperativa agroalimentaria española después de la gallega Coren, propondrá a sus socios la materialización de un split. La operación dividirá el valor nominal de los títulos por 250 con el objetivo de que la empresa cuente a partir de ahora con un capital representado por 18,74 millones de acciones de un valor nominal de 4 euros.
Igualmente se procederá a eliminar los obstáculos estatutarios actuales a la libre transmisión de las acciones y se incrementará el número de consejeros de los 8 actuales a 10, al tiempo que se precisará en los nuevos estatutos la regulación de la retribución del consejo de administración, siguiendo las recomendaciones del Informe Olivencia.
Blindaje
Por otro lado y para asegurar la estabilidad de la propiedad de la compañía, el consejo ha establecido una batería de modificaciones en los estatutos para impedir el eventual éxito de una OPA hostil futura. Estas modificaciones establecerán limitaciones al derecho de voto ligándolo a un porcentaje máximo del capital social.
Además se impondrá un quórum especial de votación para modificar determinados artículos de los estatutos sociales y se regularán los requisitos para ser miembro del consejo y poder ser designado presidente.
Fuentes de la empresa consultadas ayer declinaron hacer cualquier tipo de comentario sobre la forma en que materializará la operación de salida a Bolsa, asegurando que hasta que la junta de accionistas no apruebe la operación no estará en condiciones de informar sobre la misma.
La Corporación Guissona nació como tal en abril de 1999. Ese año se transformó en sociedad anónima lo que hasta entonces había sido una de las mayores cooperativas en España.
En la actualidad, el 55% de la sociedad está controlada por un grupo de directivos y trabajadores de la empresa que se comprometieron a pagar por ese porcentaje 42 millones de euros en tres años. El resto del capital está depositado en algunas de sus propias filiales.
Un futuro de fusiones y alianzas
La antigua Cooperativa Agropecuaria Guissona, germen de la actual Corporación Guissona, tomó la determinación de convertirse en una gran empresa del sector alimentario español en 1999. Aquel año, los directivos de la cooperativa, apoyados por los principales cooperativistas, propusieron un cambio radical en la empresa.
Su constitución en sociedad anónima no estuvo exenta de tiranteces e incluso algunos cooperativistas acudieron a la vía judicial para intentar paralizar la conversión.
En aquel momento, el portavoz de la empresa aseguró que el cambio de la cooperativa había que interpretarlo como una estrategia encaminada a 'afrontar con mayores garantías todo tipo de fusiones y alianzas, incluida la salida a Bolsa en un plazo de cinco a diez años'.
A la vista del orden del día de la próxima junta de accionistas es evidente que el equipo directivo de la compañía tiene prisa por iniciar el proceso para convertir a la empresa en una sociedad cotizada que se pueda medir de igual a igual con las grandes empresas agroalimentarias que operan en España.
En su activo tiene poderosos argumentos para afrontar el nuevo reto. En 2000, último ejercicio publicado, la compañía generó una facturación de 438,9 millones de euros y un beneficio neto de 759 millones de pesetas. Su plantilla asciende a un total de 1.755 trabajadores. En paralelo gestiona una red de tiendas mayoristas a través de las que distribuye sus propios productos.