Una fortaleza aún incierta
La fortaleza de la recuperación de la economía de EE UU es 'incierta', 'sigue sin aclararse', según el diagnóstico que hizo ayer Alan Greenspan. La misma duda que manifestó pocas horas después, y también en Washington, el director gerente del FMI, Horst Köhler, quien, no obstante, aseguró que las decisiones 'valientes' de EE UU al recortar impuestos y tipos de interés han alimentado la recuperación, aunque advirtió a las autoridades sobre el peligro del regreso al déficit fiscal.
A pesar de que la producción industrial de EE UU registró en marzo el mayor crecimiento en dos años y el déficit comercial fue en febrero el más alto en 10 meses, lo que se interpreta como otra señal positiva, Greenspan mantuvo el mismo tono cauteloso que tras la última reunión de la Reserva Federal, mañana hará un mes. Ya entonces, no tenía dudas de que la economía había entrado en la senda de la recuperación. Pero persiste la duda sobre la fuerza de ésta, especialmente por las consecuencias de 'amplio alcance' que puede tener un alza prolongada de los precios de la energía. Esta advertencia se dirige tanto hacia la mayor demanda por el aumento de la actividad como a las tensiones en Oriente Próximo.
En opinión del presidente de la Reserva Federal, hay señales alentadoras del aumento de la demanda final, algo crucial para la recuperación económica. Sin embargo, el retorno al crecimiento será corto a menos que los incrementos sostenidos de la demanda surtan efecto antes de que se disipen los efectos positivos de la inversión en inventarios realizada por las empresas. La consecuencia es que, en una inusual divergencia, las empresas son mucho menos optimistas con respecto a la economía que los economistas, porque buena parte de sus ventas está saliendo de las existencias ya producidas, hay un descenso significativo en los márgenes de beneficios y, en las actuales condiciones, carecen de poder para fijar precios.
El tono empleado ayer por Greenspan refuerza el punto de vista de los que opinan que la vuelta a las subidas de tipos de interés por la Reserva Federal deberán esperar. Además, las perspectivas de débil inflación en los próximos meses le dan margen para ajustar su política monetaria, con el fin de contener tensiones inflacionistas, sólo cuando la expansión sea sólida y duradera.
El FMI, que en diciembre recortó sus previsiones, ha vuelto a revisar al alza el crecimiento para la economía mundial (del 2,4% al 2,8% para 2002), que 'ha demostrado una destacable resistencia durante 2001'. Aunque Horst Köhler dejó claro ayer que la actual recuperación se debe al liderazgo de EE UU y sus valientes decisiones, que empiezan a tener un impacto positivo en las economías de otras regiones, consideró que Europa ha sido un 'factor estabilizador' durante la reciente desaceleración. Sin embargo, lanzó un mensaje que no admite discusión al pedir 'más ambición' en Europa para avanzar hacia un crecimiento más intenso.