El precedente de Venezuela
La caída y retorno de Hugo Chávez al frente de la presidencia de Venezuela ha puesto en evidencia la amplia fractura que divide a la sociedad venezolana y, con ello, el riesgo de nuevos episodios de inestabilidad institucional y política en el país. Lamentablemente, Venezuela no es un caso aislado dentro de América Latina. Tras una década de avances en el proceso democrático, la región vuelve a atravesar una etapa de serias dificultades políticas, económicas y sociales, agudizada por los programas de ajuste impuestos desde los organismos internacionales. Lejos de agotarse en Venezuela, el precedente del país suramericano amenaza con extenderse por la región.
La primera advertencia la dio Argentina. Hay que recordar que en diciembre Fernando de la Rúa fue desalojado de la presidencia como consecuencia de las manifestaciones de protesta que protagonizaron miles de ciudadanos contra una política económica que había ahogado las posibilidades de crecimiento del país. Los sucesivos cambios de presidente no han puesto freno a la crisis económica y, si Eduardo Duhalde falla en consensuar un programa económico que se adapte a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), el escenario político argentino no ofrece una alternativa viable que garantice la estabilidad.
El Instituto de Finanzas Internacionales advertía en su último informe que el principal riesgo para las economías emergentes, y en particular para las latinoamericanas, era el posible contagio de la inestabilidad política vivida en Argentina. Y el calendario político no anticipa un escenario precisamente tranquilo.
En mayo, Colombia afronta un proceso electoral marcado por el abierto enfrentamiento armado con la guerrilla, que el domingo estuvo a punto de costarle la vida al candidato de la oposición y principal favorito en las encuestas, Álvaro Uribe. En junio será Bolivia quien se someta al examen de las urnas, y Brasil lo hará en octubre, una convocatoria en este caso que, por las dudas que arroja, ya ha golpeado con fuerza al real. Los sindicatos de Uruguay han convocado para hoy una jornada de huelga general contra la política económica del Gobierno y amenazan con hacerla indefinida.
Como agravante, en el caso de Venezuela, queda el posicionamiento de las principales potencias occidentales, con Washington a la cabeza. El respaldo ofrecido por las primeras potencias al Gobierno golpista que el viernes derrocó a Chávez hace saltar por los aires su proclamada defensa de los valores democráticos. Guste o no, Chávez fue elegido democráticamente en las urnas por el pueblo venezolano, con un respaldo del 80% de los votos. También en este sentido, Venezuela sienta un grave precedente y así lo han entendido los demás mandatarios latinoamericanos al expresar, a través de la Organización de Estados Americanos y pese a la fuerte resistencia de EE UU, su condena a la ruptura del proceso institucional en el país.