Sólo uno de cada tres empleos temporales pasa a ser indefinido al cabo de dos años
Ha transcurrido casi un año desde que el Gobierno decretó una reforma laboral de forma unilateral y en contra de la opinión de empresarios y sindicatos. Pues bien, los efectos de esa reforma han sido prácticamente nulos, ya que su objetivo principal, que era reducir el abuso de contratos eventuales, no se ha conseguido. La tasa de temporalidad sigue anclada en el 31,5% y las prácticas abusivas con estos contratos siguen siendo el mayor problema del mercado laboral español.
Según un informe sobre Los retos del empleo tras la cumbre de Barcelona elaborado por CC OO, sólo el 33% de los trabajadores temporales pasa a ser fijo en sus empresas una vez agotado el tiempo máximo que la ley fija para la mayoría de estos contratos (dos años). Una vez transcurrido este tiempo, el empresario debe hacer fijo al trabajador o no renovarle más el contrato.
Encadenamiento y rotación
Además de este dato, el abuso de la temporalidad se ve reflejado, sobre todo, en la intensa rotación y encadenamiento sucesivo de contratos temporales. En 2001 el encadenamiento de contratos afectó a cerca de un millón de trabajadores, es decir, al 24% del total de los eventuales. Este encadenamiento se produce por las prórrogas de contratos temporales iniciales y que la mitad de ellas tienen una duración inferior a tres meses, según los datos de este informe, mientras que casi el 30% dura entre tres y seis meses. Si bien es cierto que la duración de estas prórrogas ha disminuido desde que a finales de 1998 se limitaron.
Aun así, el 50% de los contratos eventuales tienen una duración inferior al mes y la media de un contrato eventual ascendía en 2001 a 77 días. En este punto, CC OO denuncia un síntoma de discriminación por sexo, ya que los datos de los contratos registrados en el Inem indican que la duración media de los contratos temporales es mayor para los hombres (81 días) que para las mujeres (72 días).
En general, sólo tres ramas de actividad -agricultura, hostelería y otras actividades empresariales- concentran el 50% de todos los contratos temporales, mientras que sólo el sector de la construcción aglutina el 60% de la modalidad de contrato de obra o servicio.
Pese a todo, la secretaria de Empleo de CC OO, Lola Liceras, se negó ayer a admitir que los altos volúmenes de temporalidad sean estructurales y aseguró que la única vía para combatir el abuso no es más reforma legal, sino 'una mayor actividad de la Inspección de Trabajo, que en vez de visitar 5.000 empresas como en 2001, visite 20.000', dijo.
Además, criticó otro de los efectos de la última reforma relacionado con la temporalidad, y es que al recuperar los incentivos a la conversión de temporales en fijos se fomenta el uso del contrato temporal como contrato de entrada a la empresa, en detrimento del indefinido. Así, en 2001, los jóvenes han visto reducir en 170.000 los contratos fijos iniciales respecto a 2000.
La movilidad tampoco es la solución
El balance del empleo de CC OO desbarata también uno de los argumentos del Gobierno y, en general, de las directrices acordadas por los Quince en la última Cumbre de Barcelona para aliviar el problema del paro: el recurso a la movilidad geográfica de los desempleados.
Así, analizando el comportamiento del empleo por comunidades autónomas, son precisamente las regiones con una menor tasa de paro las que menos empleo han creado en los últimos tres años, como es el caso de Aragón, Cataluña, Navarra o La Rioja. Por el contrario, Andalucía y Extremadura, con unos de los mayores niveles de paro, son las comunidades donde se ha creado empleo más intensamente, aunque la calidad de éste sea peor que el generado en las regiones con menos paro.
En cualquier caso, CC OO asegura que 'no parece que las comunidades con menos paro puedan absorber más trabajadores, pues han sido las menos dinámicas en la creación de empleo'.