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Futuro
Columna
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El espejo del éxito

Cada persona tiene su propia definición de éxito. También desde el punto de vista financiero. Para Antonio Morales, las metas están al alcance de la mano con una adecuada planificación financiera

Si pensáramos qué es para nosotros el éxito o tratáramos de vernos reflejados en alguien que para nosotros fuera sinónimo de éxito, observaríamos que ese espejo es diferente para cada uno de nosotros.

Es cierto que puede haber unos estereotipos marcados por la sociedad en la que se desenvuelve nuestra vida, como el presidente de un gran grupo de empresas con un poder económico y social enormes; un actor de reconocido prestigio, siempre rodeado de bellezas extraordinarias y con una mansión de las que sólo vemos en las revistas, o, por qué no, un deportista de primera línea, de los de sueldos estratosféricos.

Sin embargo, si analizamos más profundamente qué querríamos para nosotros en la vida, cuál sería para nosotros la medida del éxito, podríamos encontrarnos con sorpresas muy agradables, y además ver que nuestras metas pueden ser -y de hecho muchas veces lo son- alcanzables.

¿Puede ser un ejemplo de éxito para alguien estar rodeado de una familia estupenda, tener amigos de los de toda la vida, un negocio próspero y una cierta seguridad económica?

¿Es esto alcanzable? Sin duda, es mucho menos complicado de lo que a simple vista puede parecer. Podríamos hacer un ejercicio: pensar y escribir en un papel cuál sería para nosotros la definición de éxito en la vida. Para alguno, será uno de los estereotipos de los que hablábamos al comienzo de estas líneas, pero para otros puede ser radicalmente distinto, y por qué no decirlo, mucho más real.

Financieramente, el ejercicio debe ser el mismo, si definimos dónde queremos llegar, cuál es nuestra meta, y partimos de lo que tenemos y del entorno que nos rodea, veremos que muchas veces es posible alcanzar nuestras ilusiones, alcanzar esos objetivos, esas metas.

Pongamos como ejemplo una persona que para alcanzar el éxito personal en la vida se ponga como metas financieras lograr una estabilidad económica suficiente como para dar una buena educación a sus hijos, tener la posibilidad de, además de su residencia habitual, poder disponer de una segunda vivienda donde poder disfrutar en sus días de vacaciones de su familia y de sus amigos, y, por qué no, también de tranquilidad cuando finalice su carrera profesional y disponga de más tiempo para el ocio. Y cómo no, no perder calidad de vida cuando disponga de más tiempo para disfrutar de ella.

Aunque pueda parecernos un tópico, existen herramientas, métodos modernos, que pueden ayudarnos a marcar las pautas, a darnos los consejos, y los instrumentos, para que esos sueños, ese éxito sea una realidad. Con una adecuada planificación financiera y un seguimiento constante de nuestra situación personal esa tranquilidad la tenemos al alcance de la mano.

Hay veces que lo que nos puede parecer una utopía con un pequeño esfuerzo puede convertirse en una gran realidad.

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