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Fondos

El oro despierta de su letargo

Los fondos que invierten en compañías mineras están entre los mejores del año. Los gestores auguran ganancias superiores para los próximos meses

En medio de la vorágine bursátil de los últimos tiempos, rica en volatilidades e incertidumbres, los fondos que invierten en compañías mineras de oro han despuntado hasta el punto de que, el año pasado, obtuvieron unas ganancias cercanas al 20%, frente a una caída del índice MSCI mundial de casi 17%. Sus perspectivas tras estas subidas no son, sin embargo, negativas, a juzgar por las opiniones de los expertos, sino todo lo contrario. 'El oro, que está negativamente correlacionado con la mayoría de los otros activos, no ha llegado al final de su subida', asegura Frédérique Dubrion, gestor del fondo Sogelux Fund Equity Gold Mines, de Société Général Asset Management (SGAM), en su informe de enero.

A lo largo de los últimos 20 años, el precio del oro se ha mantenido en cotas muy bajas y, de momento, se mantiene alejado de los máximos que alcanzara en septiembre de 1980, en el entorno de los 700 dólares. Ahora bien, en los últimos meses ha vivido un repunte -y con él precio en Bolsa de las compañías mineras- que hace pensar a los gestores que la situación del metal precioso por excelencia puede vivir un cambio a mejor. 'Opinamos que se producirá un aumento del precio del oro en un futuro próximo', apuntan los gestores de Mercury Selected Trust World Gold and Mining Fund, de Merrill Lynch Investment Managers (MLIM). 'Existen varios factores -el nivel de producción de oro, la política de ventas de los bancos centrales y la cobertura del oro- que han limitado el precio del metal en los últimos tiempos. Todos ellos parecen haber alcanzado sus máximos'.

En primer lugar, la producción de oro se encuentra en fase descendente, pues el bajo precio de la onza en los últimos años ha provocado recortes de inversión en exploración de yacimientos y desarrollo de nuevos proyectos. La producción en 2001 aumentó un 0,6%, 15 toneladas, hasta 2.595 toneladas. Entre tanto, la demanda ha caído un 4,5%, hasta 3.804 toneladas, lo que, sin embargo, sigue estando muy por encima de la capacidad de producción de las compañías mineras. 'En el pasado, el diferencial entre la producción minera y la demanda se cubría con una combinación de ventas de los bancos centrales, coberturas de los productores y ventas cortas de los fondos de cobertura. No es ninguna sorpresa que las ventas de los bancos centrales se hayan mantenido relativamente invariadas en 468 toneladas, lo cual supone una reducción del 0,7%. Después de los acuerdos de Washington [de 1999], los bancos centrales ya no se consideran una amenaza para la estabilidad del mercado del oro', explican en MLIM.

Otro cambio fundamental para el mercado de oro se ha dado en los préstamos. Hasta hace bien poco, se pedía prestado a los bancos centrales oro con un interés del 1%. Ese oro se vendía en el mercado y se invertía en bonos estatales a un tipo cercano al 5%, con lo que el beneficio era de 400 puntos básicos. A la hora de devolver el oro, se vendía de nuevo en el mercado y la ganancia era aún mayor si el precio de la onza descendía o se mantenía igual. Las sucesivas rebajas de tipos llevadas a cabo por los bancos centrales han disminuido notablemente el atractivo de esta estrategia, utilizada, de hecho, por muchas compañías mineras para cubrir su producción. Paralelamente, gran parte de la caída de los precios que se ha dado en los últimos años ha tenido que ver con las fuertes apuestas a favor de la caída del precio de la onza a través de derivados de manos de fondos de cobertura.

Todas estas tendencias están remitiendo y pueden impulsar de nuevo los precios del oro, con lo que la compañías mineras pueden verse beneficiadas -como ya se ha visto- en Bolsa. Los últimos meses, además, han acompañado a la evolución del precio del oro, activo refugio por excelencia. Aspectos como la inestabilidad de los mercados, la quiebra de Enron e incluso la guerra de Afganistán han impulsado a muchos inversores a refugiar sus inversiones en algo tan tangible como el metal precioso. 'Claramente, los fundamentales han cambiado a favor del oro', explica Frédérique Dubrion, de SGAM. Este experto, además de aspectos como los anteriormente mencionados, destaca 'los temores a otras irregularidades financieras tras el colapso de Enron, unos tipos de interés reales prácticamente negativos y volatilidad del mercado y las dudas sobre la duración de la recesión'. Es destacable, además, como detonante para el precio del oro, la demanda procedente de Japón, a raíz de la quiebra de su sistema financiero.

El de las compañías extractoras de oro es un mercado pequeño, cuya capitalización conjunta mundial apenas alcanza los 36.000 millones de dólares (39.900 millones de euros). La de Cisco Systems, por ejemplo, supera los 120.000 millones de dólares. Sin embargo, el sector se encuentra en una situación muy interesante, donde proliferan las fusiones y adquisiciones. El año pasado, según datos de MLIM, las operaciones de concentración supusieron 9.120 millones de euros. 'A pesar del reciente repunte, tanto el oro como las acciones se encuentran bastante alejados de sus máximos a largo plazo', aseguran los analistas de MLIM, para quienes las compañías mineras están muy baratas.

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