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Las fusiones arrecian en el sector 'telecos' europeo como método de supervivencia

Si hay tambores de fusión en el sector de telecomunicaciones europeo, no es por virtud. Es por necesidad de supervivencia. Es lo que ha ocurrido, por ejemplo, con la fusión entre la finlandesa Sonera y la sueca Telia. La posición de Sonera difícilmente puede ser más complicada, ya que arrastra demasiada deuda derivada de sus inversiones en telefonía UMTS. Precisamente fue la propia Sonera la que se encargó de admitir públicamente las conversaciones de fusión. El lunes ganó un 2,28%.

No es la primera vez, ni será la última, que el sector despierta de su pesadilla bursátil con la esperanza de que un caballero blanco rescate a tal o cual empresa de su pelea con la deuda, con las agencias de calificación y con el mercado.

Jazztel

En España hay un caso paradigmático, como es el de Jazztel. La compañía, mejor colocada que otras compañías de telecomunicaciones alternativas pero acuciada por la deuda, quiso ver en France Télécom un salvador. La Bolsa, de hecho, premió el anuncio de conversaciones con notables alzas.

Pero ahora son pocos los que creen en dicha fusión. Resulta paradójico, pues la razón estriba en que el que se suponía salvador también necesita árnica. Los 65.000 millones de deuda de France Télécom hacen poco verosímil que la compañía francesa quiera consolidar más pasivo en su balance. También el lunes Mobilcom repuntó gracias a las informaciones que aseguraban que la compañía iba a ser absorbida por la propia France Télécom. Pero no es una fusión, sino parte de un contrato mediante el que el fundador de Mobilcom podía forzar la transmisión de su paquete accionarial a la francesa.

Las telecos alternativas británicas, posiblemente las más afectadas por la crisis de la deuda, también han protagonizado rumores de fusión. Energis, que anunció a principios del mes pasado que dejaría de pagar los intereses de su deuda, también se ha puesto a la venta. Varias empresas de capital riesgo, como Permira (de Schroders), Apax o UBS Capital también están en la puja en la que, según el diario británico The Sunday Telegraph, también estaba Telefónica.

La historia de las telecos es, así, diferente al del resto de la Bolsa. Las valoraciones han caído más en la nueva economía que en la vieja, pero este sector lo que prima a la hora de buscar una fusión es la supervivencia. No es apto para cardiacos, pues cuando una empresa se debate entre la quiebra y la opa los movimientos al alza y a la baja en las cotizaciones rondan el 50%.

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