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Energía

El margen de las petroleras por la venta de carburantes aumentó un 31% en 2001

Las petroleras han cerrado el ejercicio de 2001 con unos márgenes brutos de explotación por la venta de gasolinas un 31% mayores que los obtenidos un año antes. La bajada de las cotizaciones internacionales del crudo y los carburantes refinados han relajado la presión social a las petroleras, que han aprovechado para recomponer sus márgenes. En los dos primeros meses de 2002 se han reducido ligeramente en gasolina sin plomo y gasóleo.

Con un crudo muy caro en el mercado internacional, tal y como ocurrió en 2000, además del lógico encarecimiento de los costes, las petroleras suelen estar sujetas a fuertes presiones políticas, ya que el absoluto traslado de dichos repuntes al precio final de los combustibles además de enfadar a la opinión pública, destroza las previsiones de inflación más pesimistas por la elevada dependencia que tienen aún las economías de todo el mundo de los precios energéticos.

Así, en 2001 la coyuntura fue la contraria: el precio del barril de crudo cerró el año con una cotización media de 24,4 dólares, frente a los 28,5 alcanzados de promedio en 2000, lo que supone un abaratamiento de la principal materia prima del 14,21%.

De igual forma, las cotizaciones internacionales de los productos ya refinados registraron notables caídas, desde el 17,74% de la gasolina sin plomo hasta la reducción un 17,5% del coste del gasóleo de automoción, pasando por una considerable rebaja del 18% en el caso de la extinta súper.

Sólo el peor comportamiento de la moneda europea frente al dólar, que se depreció al cierre del ejercicio un 2,91%, fue el factor negativo para este mercado en 2001. Esa nueva revalorización del dólar (moneda en la que se realizan las compras en los mercados internacionales de estos productos) es lo que explica que una vez que se traducen los precios a céntimos de euro, las rebajas registradas por los carburantes en origen disminuyan a un 15% de promedio.

Del análisis detallado por productos se desprende que en la gasolina sin plomo, que en 2001 se ha consolidado como combustible de mayor consumo, pese a la imparable dieselización del parque automovilístico español, el margen bruto de explotación pasó de 9,1 céntimos de euro (apenas 15 pesetas) durante el año 2000 a 11,45 céntimos de euro (unas 19 pesetas) el pasado ejercicio, lo que significa una mejora de las ganancias brutas del 26%.

En la gasolina súper, el margen bruto ha pasado de 9,57 céntimos de euro en el año 2000 a 12,35 de media en 2001, que en términos porcentuales representa un aumento del 29%.

Por su parte, el gasóleo de automoción es el combustible donde más patente se ha hecho la recuperación de los márgenes brutos, ya que de ganar 9,03 céntimos de euros de media por litro de gasóleo durante 2000, se ha pasado a obtener un beneficio bruto de 12,47 céntimos de euros el pasado año, un 38% superior.

En términos medios, el margen bruto de comercialización de los tres tipos de carburante aumentó un 31%, gracias al descenso de los precios de la materia prima. En los dos primeros meses de este año se han reducido muy ligeramente, debido sobre todo al repunte de las cotizaciones registradas en la última semana de febrero.

Así, el margen de la gasolina sin plomo se redujo a 10,55 céntimos (desde 11,45), un 8,29%. El del gasóleo de automoción pasó de 12,47 céntimos de euro a 11,9 por litro, con un descenso del 4,57%. Y el de la gasolina súper, de un uso cada vez más limitado, se mantuvo. En media la caída de márgenes fue de sólo un 4,55%.

En los 15 primeros días de marzo las cotizaciones de los carburantes refinados subieron notablemente. De 16,25 céntimos por litro en el caso de la súper y el gasóleo pasaron a 19, y a 17,5 céntimos desde 16,25 en el caso de la gasolina sin plomo. Este avance, en condiciones normales, produjo una contracción de los márgenes, aunque los precios en surtidor siguieron subiendo.

La explicación a este sorprendente cambio en los resultados de las petroleras por la venta de combustibles es sencilla: a precios internacionales más baratos, los costes se reducen y la presión social se difumina, por lo que las compañías aprovechan para no trasladar a sus precios toda la rebaja del mercado.

Las diferencias de precios superan los 10 céntimos por litro

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El manejo del margen bruto de venta de los carburantes se están convirtiendo en España en el único instrumento de competencia vía precios en manos de los vendedores finales de estos productos, dado que los impuestos son iguales para todos. En el mes de febrero pasado las diferencias de precios finales se movieron en torno a 11 céntimos de euro por litro en los tres productos de mayor consumo (unas 18 pesetas por litro). Si para el precio medio en todo el territorio nacional de la gasolina sin plomo, por ejemplo, el margen bruto de venta era de 10,55 céntimos, éste se elevaría a 13,15% en el punto de venta más caro, ya que su precio final en el surtidor era de 79,6 céntimos. Pero en el caso del punto de venta más barato del mercado en febrero, a un precio de 68,9 céntimos, el margen se habría limitado a poco más de dos céntimos de euro por litro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En todo caso, y pese a reducir su margen, hay en España distribución minorista de carburantes a un precio de casi 11 céntimos más bajo que el precio más caro del mercado, y ocho céntimos más barato que el precio medio nacional. Estos precios se localizan en puntos con mucho consumo y fuerte competencia minorista, fundamentalmente en zonas costeras y cercanas a las refinerías.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el caso de la gasolina sin plomo, los precios más caros se registran en Galicia, Castilla y León y Extremadura, mientras que los precios medios más bajos se registran en Cataluña, Madrid y Murcia, según el último boletín de distribución de carburantes de Economía.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El diferencial de precios en el caso del gasóleo de automoción es igualmente de 10,8 céntimos de euro por litro (17,9 pesetas). El gasóleo más caro se vende en Galicia (68,2 céntimos por litro), Baleares y Extremadura. El más barato se vende en La Rioja, Navarra, Murcia y el País Vasco.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La gasolina súper más cara se vende en Galicia y Extremadura; el más barato, en Cantabria y Murcia.

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