Los soportes tienen los pies de barro
Una de las cantinelas de moda de los últimos dos meses y medio ha sido la de la fortaleza de los soportes del mercado español, como si resultara muy difícil ya establecer objetivos del Ibex por debajo del nivel psicológico de los 8.000 puntos. Es más, a medida que se unían más voces a esta orquesta aumentaban las que proyectaban niveles técnicos más altos que los apuntados en enero.
Los últimos acontecimientos han refrescado la memoria y, lo que es más grave, han puesto en duda la fortaleza de los soportes técnicos. Cuando pintan bastos, los índices se desmoronan como un castillo de naipes y se hace creíble la tesis de que los soportes del mercado español, en términos de Ibex, tienen los pies de barro.
La recaída del lunes, con el apunte bajista más importante de los últimos dos meses y medio, se produjo de manera instantánea, sin soporte de dinero alguno, salvo las órdenes técnicas que muchos operadores tienen arbitradas en los valores que más pesan en los índices. Gracias a estas órdenes, aumentó el volumen, hasta cerca de 2.000 millones, una cifra alta para una época semifestiva como la actual.
Los informes de situación de las firmas del mercado más influyentes reparaban ayer en este aspecto y, claro está, en la gran capacidad que tienen con frecuencia los inversores para olvidar situaciones, que lejos de haber sido solucionadas empeoran, tal es el caso de la crisis argentina. Hasta el cierre de la semana pasada muchos observadores consideraban que ésta ya había perdido toda su capacidad de influencia. No ha sido así.
El ritmo a la baja que vuelve a acusar el peso en los últimos días ha obligado a los gestores y analistas a revisar los precios objetivo por acción de las empresas con mayor exposición allí, que son, precisamente, las que más ponderan en la elaboración de los índices.