La actitud de Sharon fuerza a Arafat a desistir de su presencia en Beirut
El presidente palestino, Yasir Arafat, ha decidido no participar en la cumbre de Beirut rechazando las condiciones impuestas por Israel, entre las que se encuentra el derecho a vetar su regreso a los territorios palestinos. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, había declarado previamente que el presidente palestino no había cumplido las condiciones para asistir a dicha cumbre, que comienza hoy. Sharon exigía una declaración pública del cese de la violencia y la detención de los implicados en atentados.
Yasir Arafat prefiere quedarse ¢con su pueblo para afrontar la agresión y el asedio de Israel¢, recoge un comunicado de la ANP difundido ayer en Gaza. El líder palestino no viajará a la capital libanesa ¢para no facilitar al Gobierno de Israel la oportunidad de poner obstáculos contra el pueblo palestino¢, continúa el comunicado.
Antes de este anuncio oficial, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, se resistía a dar el carpetazo definitivo e insistía en que una declaración pública de alto el fuego permitiría levantar las restricciones de movimientos que Israel impuso al líder palestino en diciembre.
La política de acoso al líder palestino se ha vuelto en contra del Sharon. Lejos de detenerse, la violencia de los extremistas palestinos ha crecido. El pueblo ha vuelto a confiar en Arafat. Miles de palestinos se manifestaron ayer en Gaza en apoyo del líder de la ANP y pidieron a los países árabes ¢armas para continuar la Intifada¢.
Aznar, a la cumbre
El representante de política exterior de la UE, Javier Solana, reconoció que Arafat ¢dominará la cumbre¢, aunque no esté presente. El presidente egipcio, Hosni Mubarak, tampoco asistirá a la reunión. Los que sí acudirán serán el presidente español, José María Aznar, como líder de la UE, y el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
La cumbre de Beirut durará dos días y se centrará en la propuesta de paz de Arabia Saudí. El plan consiste en la normalización de las relaciones de los países árabes con Israel a cambio de que éste se retire de todos los territorios árabes que ocupó tras la Guerra de los Seis Días (1967). Los países árabes también pedirán el reconocimiento de Palestina, con capital en Jerusalén. Se exige además una solución para los más de 3,6 millones de refugiados palestinos.
La muerte ayer de dos miembros de una fuerza internacional de observadores en Hebrón profundiza la brecha abierta entre israelíes y palestinos, que se acusan mutuamente del ataque. Horas antes, dos integristas perecieron al estallar el coche en el que viajaban. Finalmente, un palestino armado fue abatido por soldados israelíes en el kibutz de Kisufim, en Gaza.