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Previsión

Deutsche prevé 'otro año difícil' por el fuerte aumento de los créditos fallidos

La recuperación económica tardará en trasladarse a la banca europea. Después de la caída de resultados de 2001, los ejecutivos de los principales bancos europeos apenas mejoran sus expectativas para este año, a pesar de la prevista recuperación de los mercados. En el caso de Deutsche Bank, su presidente, Rolf Breuer, auguró ayer 'otro año difícil' por culpa del fuerte crecimiento de los créditos fallidos.

Las expectativas de recuperación económica siguen lejos de materializarse en la banca europea. Al menos así se deduce de las declaraciones realizadas ayer por el presidente del Deutsche Bank, Rolf Breuer, para quien éste 'será todavía un año difícil', según los comentarios realizados durante la presentación del informe anual de la entidad.

Las dificultades tienen que ver, sobre todo, con el fuerte crecimiento de la morosidad a la que tendrá que hacer frente este año. La situación por la que atraviesan varias compañías alemanas, al borde de la quiebra, será una losa en los resultados del ejercicio, según admitió ayer Rolf Breuer.

El directivo afirmó que no espera una próxima recuperación de la calidad del crédito y reconoció que la entidad tendrá que seguir controlando cuidadosamente la evolución de los préstamos.

Deutsche Bank posee un 19,6% del capital de la constructora Holzmann, que presentó suspensión de pagos el pasado jueves tras la negativa por parte de los bancos acreedores a aceptar el plan de saneamiento propuesto por Deutsche, su principal accionista.

Además, en la cartera crediticia de Deutsche hay también una fuerte exposición a la empresa de comunicaciones Kirch, que está a punto de quebrar por las deudas que acumula.

La Oficina Federal de Estadísticas en Alemania prevé un fuerte aumento de los casos de insolvencia este año, tras un aumento de las quiebras empresariales del 14% en 2001. Además, las previsiones de la Comisión Europea apuntan a que la mayor economía de Europa registrará este año el menor crecimiento de los 12 países de la zona euro.

Con este panorama, el Deutsche Bank tuvo que duplicar el año pasado sus provisiones por insolvencias hasta 1.000 millones de euros (166.386 millones de pesetas), incluidos los fondos previstos para cubrir los riesgos en Argentina y con la eléctrica Enron.

El banco tiene, además, 310 millones de euros en créditos a Holzmann, lo que le hace la entidad más expuesta a la constructora alemana, según el banco de inversión Bear Stearns.

Además del riesgo crediticia, Deutsche Bank está, como sus rivales, bajo una fuerte presión en el mercado doméstico por la escasa rentabilidad de sus oficinas. Los analistas consideran que en Alemania hay demasiados bancos, con una oficina por cada 1.370 personas, comparada con una por cada 2.600 en países como Holanda.

La situación general provocó el año pasado una caída de los resultados de Deutsche Bank del 67%, caída que se atribuyó, sobre todo, a la crisis bursátil y a las pérdidas en áreas de negocio como la banca privada en Estados Unidos y la banca minorista en Francia.

No obstante, el banco alemán espera una recuperación de la economía mundial en el segundo semestre del año que espera repercuta en su nivel de ingresos y en las áreas de banca de inversión y corporativa, clientes privados y gestión de activos.

El presidente del Bundesbank, Ernst Welteke, señalaba recientemente en un artículo publicado en el diario Börsen-Zeitung que los bancos alemanes tendrán que dar un paso más en el recorte de gastos para competir con otros rivales europeos y predijo que 2002 sería un año crítico para las entidades que no hayan hecho las suficientes provisiones para cubrir riesgos de crédito.

Pero las expectativas de otros de los principales bancos europeos como UBS, ABN Amro y Barclays tampoco son mucho mejores, a juzgar por las declaraciones de sus responsables.

El presidente de UBS, Peter Wuffli, señaló recientemente que 2002 será un 'desafío' y que 'el banco seguirá teniendo pérdidas mientras no haya una mejora sustancial económica'. Mientras, el principal ejecutivo de ABN Amro, Rijkman Groenik, señaló que 'no espera una recuperación económica significativa' y el responsable de Barclays, Matthew Barret, calificó el panorama de 'optimismo cauteloso'.

Los bancos europeos han reducido más de 63.000 empleos como consecuencia de la crisis económica y con el fin de reducir gastos en el peor año de resultados desde 1997.

La mayoría ha tenido que incrementar considerablemente sus provisiones con pocas perspectivas de mejora de los ingresos, lo que erosionará sus cuentas de resultados.

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