El peso sufre un nuevo desplome pese a la intervención del banco central
Los esfuerzos del Banco Central de Argentina se muestran escasos para frenar el desplome del peso. La autoridad monetaria estableció ayer una serie de controles para evitar, sin éxito, el desplome de la divisa, que cedió un 22,5% y marcó un cambio oficial de 3,3 unidades por dólar. El hundimiento del peso y la imposibilidad de acceder a los mercados de capitales sitúan a muchas empresas al borde de la bancarrota. La principal distribuidora de gas, Metrogas, participada por Repsol, suspendió ayer el pago de su deuda.
Ni la limitación de horario para el mercado cambiario, ni el acuerdo con una docena de entidades para vender dólares a 2,9 pesos, ni el limitar la venta a 1.000 dólares por persona y 10.000 dólares por empresa han podido frenar un nuevo desplome del peso. El cierre oficial se fijó en 3,3 unidades por dólar, una vez que el Banco Central, en un movimiento desesperado a juicio de los analistas, ordenó a las entidades colaboradoras una venta adicional de dólares para frenar la caída del peso.
En la calle, la divisa argentina cotizaba a 3,8 unidades por dólar en las casas de cambio, lo que supone un retroceso del 19,74% frente al cierre del viernes. En el mercado interbancario la moneda estadounidense subía a cuatro pesos, un 22,5% menos. Eso supone una pérdida de valor del 75% desde que se aprobara la devaluación en enero.
La imparable caída del peso acrecienta, día a día, los temores a una espiral hiperinflacionista y a un nuevo estallido social, como el que hizo caer al Gobierno de Fernando de la Rúa en diciembre. ¢La caída libre del peso y la posibilidad de un repunte inflacionista amenaza a corto plazo la viabilidad del Gobierno de Eduardo Duhalde¢, señalaba ayer en un informe Credit Suisse First Boston.
Las colas en los bancos se generalizaron entre una población que, además, ve atrapados sus ahorros en el corralito bancario. ¢La confianza en los bancos y en la moneda va a tardar muchos años en recuperarse¢, señalaba ayer un ciudadano bonaerense. Los paros y las manifestaciones se suceden sin pausa desde el viernes.
Junto a la crisis social abierta por la inestabilidad política y económica del país, la situación de las empresas se sitúa también al borde del colapso. Ayer, la principal empresa distribuidora de gas, la compañía Metrogas, de capital británico pero participada en un 31,54% por Repsol (pero con un control sobre el 45,3%), comunicó a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires la suspensión de los pagos de 425 millones de dólaers en capital e intereses de su deuda .
La empresa aduce que la imposición de tarifas en pesos por el Gobierno, la imposibilidad de acceso a los mercados de capitales y la devaluación del peso le impide hacer frente a sus obligaciones.
Y puede que no sea la única. La Fundación Capital advirtió ayer que la mayoría de las empresas afrontan ¢enormes problemas financieros¢ que les hacen situarse ante ¢un inminente cese de pagos generalizado¢. La devaluación del peso y la depresión sin precedentes que castiga a la economía argentina desde hace más de cuatro años ha provocado un ¢profundo deterioro en las condiciones de calificación de la deuda corporativa¢, que cierra su acceso a la financiación exterior, dice Capital.
Pese a la amenaza evidente que esta situación representa para las empresas españolas, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, aseguró ayer en São Paulo que los bancos españoles han tomado las medidas correctas para enfrentar la crisis, al contabilizar los cargos de las provisiones para riesgos que tenían en aquel país en los resultados de 2001.
Caruana, mientras, volvió a exigir al Gobierno argentino ¢un programa comprensivo, amplio y sostenible, que genere credibilidad interna y externa¢, subrayó.