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Crisis

El Gobierno argentino justifica las críticas del FMI y busca apoyos

Los tiempos se acaban. Y así parece haberlo entendido el Gobierno del presidente Eduardo Duhalde. El viceministro de Economía, Jorge Todesca, admitió ayer que las declaraciones de la subdirectora del FMI, Anne Krueger, eran justificadas y que ¢muchas cosas no funcionan¢ en su país. Duhalde, quien se reunió ayer en Monterrey con el director-gerente del Fondo, Horst Köhler, y con José María Aznar, intenta un acuerdo con todos los sectores de poder de Argentina y salvar a su Gobierno. La crisis económica no cede.

Ayer, en un aparente intento de suavizar la tensa relación del Fondo Monetario Internacional con Argentina, Krueger dijo en Moscú que esperaba ¢que en dos semanas podamos planear el comienzo de las negociaciones respecto al programa del FMI¢. Casi simultáneamente, Todesca ensayaba un mea culpa con un claro destinatario: Washington.

¢Hay cosas que no están funcionando. La relación entre los tres poderes (del Estado) no es armónica. Existe una lista de cosas que justifican las declaraciones de ayer¢, dijo Todesca al referirse a las críticas formuladas contra su país por el presidente George Bush y Krueger. Las manifestaciones del viceministro, en las que critica a los jueces, a los miembros del Congreso y a las leyes impulsada por él mismo, como la de quiebras que protege a las empresas argentinas endeudadas, significan un cambio radical. Y no llegan en cualquier momento.

En los últimos días, consciente de su creciente orfandad política, Duhalde se reunió con banqueros, empresarios y miembros de la cuestionada Corte Suprema de Justicia para pactar una tregua y buscar un consenso para tomar alguna iniciativa. Se sabe, además, que el presidente habla con los principales colaboradores del ex presidente Carlos Menem para hallar un acuerdo amplio. Duhalde, a quien muchos sitúan como al borde del fracaso, ha ido cediendo a las exigencias del FMI. Ayer consideró ¢lógico¢ al comportamiento del Fondo.

Mientras el dólar sigue subiendo, a pesar de las intervenciones del Banco Central, y cotiza entre 2,5 y 2,6 pesos, los precios se disparan. Los bancos temen al colapso por los fallos judiciales que los obligan a devolver depósitos. Ayer, el Bansud cerró tres oficinas por este motivo. Los exportadores no liquidan los dólares en el país especulando con la devaluación del peso. Las protestas populares tampoco ceden.

Para agravar el cuadro, el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, se alineó ayer con el FMI. ¢Duhalde deberá optar por un golpe autoritario para aplicar un ajuste a fondo o dimitir¢, afirmó.

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