El Gobierno argentino anuncia medidas para "normalizar" la economía
El Gobierno argentino ha decidido una serie de medidas tributarias, financieras y crediticias para lograr la "normalización" de la vida económica del país y encaminarlo hacia el crecimiento, según han informado fuentes oficiales.
"Entramos a una etapa constructiva. Hasta ahora sólo habíamos tapado agujeros", ha señalado un alto funcionario, que prefirió reservar su identidad, al explicar el sentido de las medidas anunciadas anoche por el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov.
El ministro ha anunciado nuevas retenciones tributarias para reforzar programas sociales, instrumentos financieros para fomentar el consumo y líneas de préstamos oficiales para apoyar la producción.
Estas medidas, según Remes Lenicov, abren "un nuevo ciclo de crecimiento con justicia social" y determinan las bases de un programa económico que vienen pidiendo los organismos financieros internacionales para definir posibles asistencias económicas.
Entre las disposiciones anunciadas figura una retención transitoria del 10% para las exportaciones de productos primarios y del 5% para las manufactureras, en base a los beneficios que para ellos representó la devaluación del peso de enero.
El 6 de enero pasado, el Gobierno anunció el final de la paridad entre el dólar y el peso argentino, que se mantenía desde 1991.
Ahora la moneda local se cotiza a la mitad del valor de la divisa estadounidense, lo que duplica los ingresos de los exportadores.
Este impuesto a las exportaciones, ha indicado el ministro de Economía, generará unos ingresos extras para el Estado de unos 1.400 millones de dólares, que serán destinados a fortalecer programas sociales y la inversión pública, reducida a niveles mínimos desde hace tres años.
"De este modo se procura atenuar el impacto de la crisis sobre los sectores más desprotegidos y preservar fuentes de empleo de todo el país", destaca un informe del Ministerio de Economía.
En materia financiera, el Gobierno de Buenos Aires anunció ayer también la emisión de tres nuevos bonos públicos, dos en dólares y uno en pesos argentinos, destinados a quienes tienen congelados sus depósitos en los bancos por las restricciones oficiales.
Desde comienzos de diciembre pasado, y con el fin de evitar una fuga de depósitos, las autoridades han impuesto severas restricciones a la disponibilidad de fondos bancarios, el llamado "corralito financiero", lo que motiva numerosas protestas públicas.
Estos nuevos bonos podrán ser negociados libremente en los mercados de valores y permitirán a sus titulares romper las restricciones que hasta ahora regían para los fondos que tenían depositados en los bancos.
Los nuevos títulos públicos no representarán un mayor endeudamiento del Estado, sino que serán absorbidos a cambio de la deuda que tiene el Estado con los bancos.
Finalmente, las medidas incluyen una serie de préstamos que serán otorgados por el Banco de la Nación, de carácter público, que beneficiarán al sector agropecuario, a las compañías turísticas, a los exportadores y a las pequeñas y medianas empresas.
Esta línea de préstamos asciende a un total de 1.065 millones de dólares y será reforzada con negociaciones de las autoridades con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y con el Banco Mundial para conseguir créditos por valor de 2.250 millones de dólares.
Estas últimas medidas financieras intentan imprimir "normalidad" al sistema bancario, al dotarlo de nuevos instrumentos, ante el descrédito que tienen las entidades crediticias entre los argentinos a raíz de las restricciones impuestas por las autoridades.
Estas disposiciones "tienden a ir pergeñando un sistema financiero para el futuro", destacó Remes Lenicov.
Las nuevas medidas han sido anunciadas dos días antes de que llegue a Argentina una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) para "evaluar" la economía argentina, con vistas a una posible asistencia financiera hacia este país, según fuentes oficiales.
Argentina atraviesa desde el segundo semestre de 1998 una fuerte recesión económica, con índices negativos del Producto Interno Bruto (PIB) desde 1999 y unas perspectivas oficiales de una caída de cerca del 5 por ciento para este año.