La OCDE urge a China a reformar su economía para alcanzar mayor potencial
China ha tenido "impresionantes" progresos económicos en los últimos años, lo que le ha llevado a convertirse en la séptima economía mundial, pero debe aplicar una serie de reformas porque opera por debajo de su potencial, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Pese al crecimiento, la modernización y la apertura de su economía al mercado internacional y las inversiones, en este país todavía se registra una elevada tasa de desempleo, trabajo precario y un desaprovechamiento de los recursos, indica el estudio 'China en la economía mundial' de la OCDE, publicado hoy.
De acuerdo con el estudio, hay que dotar al Estado de medios financieros que le permitan llevar a cabo las reformas, ya que éste deberá seguir desempeñando un "papel clave" en este proceso. Así, tendrá que llevar a cabo acciones que permitan reforzar las finanzas públicas, cambiar las relaciones financieras entre el centro y las provincias y mejorar la eficacia de los instrumentos macroeconómicos para preservar el equilibrio económico interno y externo mediante instrumentos basados en las reglas del mercado.
De igual forma, es preciso recortar el proteccionismo regional y otras barreras para poder dar paso a una reestructuración eficaz de las empresas y dotar de un mayor campo de acción a las fuerzas del mercado.
La OCDE insta a reforzar las condiciones necesarias para un funcionamiento eficaz del mercado interno, frente a los vicios heredados de la planificación centralizada. Al respecto, destaca como prioridades clarificar los derechos de propiedad y reforzar la competencia mediante la abolición de barreras proteccionistas internas.
Finanzas, impuestos e inversiones extranjeras
Para la OCDE, China necesita una mayor supervisión de las instituciones financieras, ante las dificultades de pequeñas empresas privadas para obtener préstamos bancarios y acceder a los mercados de capital, lo que limita su capacidad de crecimiento. Según el informe, debe sanear su sistema financiero, pues si se aplicaran las reglas occidentales muchos bancos chinos serían insolventes.
Asimismo, debe mejorar su sistema impositivo, en especial en cuanto a los gravámenes a los inversores extranjeros. "China necesita establecer un trato igualitario para las compañías nacionales y extranjeras y una mayor transparencia fiscal", subraya la OCDE, que discutirá las recomendaciones del informe con el Gobierno chino el próximo día 26 en Pekín.
Respecto a las inversiones extranjeras directas, considera que, aunque este país se ha abierto considerablemente a los mercados internacionales, sería "muy beneficiosa" una mayor liberalización en los intercambios y las inversiones. Para que China pueda sacar un mayor beneficio de su integración en la Organización Mundial del Comercio y de la inversión extranjera directa, son necesarias reformas con tres objetivos "cruciales": mejorar la utilización de los recursos, consolidar la competencia y potenciar la capacidad del Gobierno para apoyar el desarrollo.
Reducir las desigualdades
Dadas las grandes desigualdades que persisten entre la ciudad y el campo y entre las distintas regiones chinas, urgen reformas en aras de la "integración de la economía nacional" del país, indica. Las provincias costeras están más ligadas a la economía internacional que las del interior, por lo que la OCDE aboga por un mayor desarrollo de la zona oeste del país.
Además, muchas empresas chinas tienen políticas de producción ineficaces, equipamiento obsoleto y tecnología inadecuada y el sector agrícola, en el que trabajan más personas de las necesarias, no es competitivo en cuanto a trigo y otros cereales. A fin de evitar los elevados niveles de "empleo negro" en las ciudades, la OCDE insta a reducir las barreras burocráticas que favorecen este tipo de trabajos.