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Euskadi

La desinformación de Idaho sobre el País Vasco

La cámara baja de Idaho (EE UU) ha aprobado una resolución instando a la paz Euskadi y apoyando su libre autodeterminación pero sin mencionar a ETA.

Pete Cenarrusa, de 84 años, habla inglés y vasco. 'Era lo que hablábamos en casa mis padres y mis cinco hermanos. Lamento no hablar castellano, sólo lo hablo un poco y mal'. Sólo esa frase última la pronunció en un buen castellano durante una conversación telefónica este político, hijo de vascos, que es el actual Secretario de Estado de Idaho.

Cenarrusa es uno de los miles de descendientes de emigrantes del País Vasco que llegaron a Idaho en los primeros años del siglo pasado y que ahora son el 2% de su población. Entonces, en esta zona se apreciaba a los vacos por ser buenos pastores y mineros. Con el tiempo sus descendientes han conseguido llegar a algunos de los mandos de la política y de la economía en este Estado.

El caso de Cenarrusa, un ex combatiente de la II Guerra Mundial, es un claro ejemplo de ello y sólo con esta explicación histórica se entiende que la semana pasada, la cámara de representantes de Idaho aprobara una resolución condenando la violencia en el País Vasco, pidiendo la apertura de negociaciones y que se reconociera su derecho a la libre autodeterminación.

Cenarrusa dice que su prioridad es eliminar la violencia y a ETA. Después quiere que se abra el diálogo de paz y que se permita a los vascos votar por su autodeterminación. Sin embargo, en el texto aprobado por la cámara de representantes no se leía el nombre de la organización terrorista.

Documentación

'No mencionamos a ETA porque tendríamos entonces que mencionar otros actos, no en vano España ha sido apercibida por grupos de derechos humanos', deja caer Cenarrusa. El Secretario de Estado llega a hablar de los 'presos políticos'. Y es que entre los documentos que se han manejado por los legisladores de Idaho figura un informe de Amnistía Internacional sobre la concesión de una condecoración por parte del Gobierno de José María Aznar al inspector de la policía y reconocido torturador, Melitón Manzanas, y otros documentos sobre esta cuestión de Euskal Herritarrok.

La declaración fue rápidamente respondida por dos cartas. Una de agradecimiento por parte del lehendakari, Juan José Ibarretxe, y otra de protesta del embajador de España en EE UU, Javier Rupérez. En su comunicación dirigida a la cámara de representantes y el senado de Idaho, Rupérez lamenta que no se haya consultado información adecuada o que haya habido manipulación de terceros interesados. Rupérez dice que 'no mencionar en un documento relativo a la violencia en el País Vasco a ETA es como hablar del 11 de Septiembre sin referirse a Al Queda'. Pero tampoco el pacto antiterrorista habla de la desinformación a la que puede dar lugar la maquinaria de Batasuna.

El portavoz del Secretario de Estado, Richard Boucher, recordó en rueda de prensa que sólo el Gobierno de Bush tiene poder sobre la política internacional del país, en un intento de quitar hierro al conflicto. Boucher recordó que ETA figura en la lista de terroristas reconocidos de su departamento y que los españoles sufren regularmente su violencia.

El asunto ha sido diplomáticamente embarazoso y desde el departamento de la consejera de seguridad, Condoleezza Rice, se han hecho llegar lo que se consideran pertienentes correcciones. Así, en una segunda versión aprobada por el Senado, se condenan todos los actos de terrorismo 'incluidos los de organizaciones como ETA que están definidas por el Gobierno de EE UU como terroristas'.

Cenarrusa, reconoce que ETA 'está causando destrucción en el País Vasco y España' pero urge al diálogo y solicita un papel mediador en el conflicto. Ya en otras ocasiones han propuesto el ex presidente Jimmy Carter como tal (que ha aceptado), pero hasta ahora el departamento de Estado no lo ha llegado a proponer oficialmente a España.

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