150 países tratan en Monterrey la financiación del desarrollo
Representantes de unos 150 países, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la ONU y la Organización Mundial del Comercio (OMC) discutirán desde hoy y hasta el viernes la forma de mejorar las finanzas de los países pobres.
La ciudad mexicana de Monterrey ha sido el lugar elegido para celebrar la Conferencia para la Financiación del Desarrollo, promovida por Naciones Unidas con el objetivo de aumentar la ayuda a los países pobres, aliviar su deuda, mejorar su financiación y plantearse el funcionamiento de los organismos multilaterales. 50 jefes de Estado y de Gobierno estarán presentes, entre ellos, el presidente de EE UU, George Bush; el de Francia, Jacques Chirac, y el español, José María Aznar.
Los críticos consideran que la oportunidad ya está perdida. Los participantes llegan a la reunión con un texto ya cerrado, el Consenso de Monterrey, que carece de compromisos firmes y es más bien una declaración de intenciones. Términos como 'alentar' 'instar' o 'recomendar' así lo demuestran. El Gobierno español considera, sin embargo, un éxito llegar a la cita con un texto consensuado.
Una ocasión desperdiciada
Fuentes cercanas a las negociaciones critican que la intransigente posición que demostró EE UU en las reuniones preparatorias bloqueó las propuestas de la UE. Washington es el principal responsable de que las aspiraciones de plantear la reforma del FMI y el Banco Mundial quedarán frustradas.
En el último momento, no obstante, la UE y EE UU han aprobado aumentar su ayuda al desarrollo, lo que anunciarán en la ciudad mexicana al margen del consenso. Los Quince aprobaron el jueves aumentar del 0, 33% al 0,39% la media de su ayuda oficial al desarrollo en 2006, aún lejos del 0,7% que promueve la ONU.
Por parte de EE UU, el presidente, George Bush, anunció que su Administración destinará 5.000 millones de dólares (5.750 millones de euros) en tres años a la ayuda de países pobres que cumplan los requisitos de respetar los derechos humanos, carezcan de corrupción y abran sus mercados, informa Reuters.
Las calles de la ciudad mexicana darán cabida a su vez a más de un millar de organizaciones civiles que protestarán contra la globalización actual.