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Consejo de Barcelona

Hacia el cielo único, sin ferrocarril interconectado

La agenda en materia de transportes ha obtenido un resultado desigual en la cumbre de Barcelona. La Comisión ha centrado sus trabajos desde hace meses en dos ambiciosos proyectos, la liberalización del ferrocarril y la consecución del cielo único, pero sólo el espacio aéreo europeo ha recibido un apoyo real de los Quince.

En cuanto al proyecto para unificar el control del espacio aéreo europeo, la responsable europea de Transportes y Energía y vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, había declarado previamente a la cumbre que espera que para 2004 se consiga llevarlo a cabo, cumpliéndose así los plazos estimados. Para ello, De Palacio instó a los jefes de Estado y Gobierno reunidos en Barcelona a que den 'un empujón' a la iniciativa del cielo único, para que en la reunión de Consejo de Ministros del próximo 5 de junio pueda 'franquearse el camino para ponerlo en práctica rápidamente y para que en 2004 y 2005 podamos tener ese espacio único'.

Finalmente, los Quince han optado por la fecha más cercana y por impulsar la continuidad del proyecto. La declaración insta a que prosigan activamente los trabajos desarrollados en este sentido por la Comisión para que antes de fin de año 'puedan tomarse las decisiones de hacer realidad el cielo único en 2004'. Asimismo, las definiciones sobre normas propuestas en materia de asignación de franjas horarias en los aeropuertos deberían adoptarse también este mismo año sin falta.

Por lo que respecta al ferrocarril, los Quince se han limitado a una mera mención como toda propuesta.

En enero pasado la Comisión Europea presentó el denominado II Paquete Ferroviario en el que se acordó adelantar dos años (de 2008 a 2006) la liberalización del transporte de mercancías por ferrocarril, aunque todavía no se ha marcado un calendario para el transporte de viajeros.

Todos los países coinciden en que las reformas son urgentes ante la inminente saturación de tráfico en la red de carreteras, el problema es que no se ponen de acuerdo en cómo llevarlas a cabo.

Sin voluntad de solución

De ahí que la única declaración del Consejo haya sido una invitación al Consejo de Ministros de Transporte 'a que prosiga los trabajos sobre el segundo paquete, que incluye, entre otras cosas, la interoperatividad y elevados niveles de seguridad'. Pero ninguna directriz de trabajo ni muestra de voluntad de impulsar el proyecto.

La red ferroviaria europea adolece de históricos problemas técnicos y administrativos en su interconexión, así como de graves deficiencias en la compatibilidad de sus normas de seguridad.

Asimismo, la velocidad media, que alcanza los 18 kilómetros por hora, es, según la Comisión, 'menor que la de un rompehielos en el mar Báltico'. Por este motivo, el objetivo establecido es aumentar dicha velocidad hasta 50 ó 60 kilómetros por hora, para hacer que este modo de transporte sea competitivo frente a la carretera. El libre acceso a las redes nacionales de transportes de mercancías y la prestación de servicios de cabotaje son otros de los objetivos que se pretenden lograr cuando culmine la liberalización.

La Comisión defiende además la conveniencia de crear la Agencia Ferroviaria Europea para la Seguridad y la Interoperatividad.

A la espera de diseñar el calendario definitivo de la apertura de este transporte a la libre competencia, Bruselas quiere que, como primer paso, todos los Estados miembros de la Unión hagan traspaso a sus ordenamientos jurídicos antes de marzo de 2003 de las líneas básicas que marcarán la liberalización ferroviaria, como es la separación de las empresas que prestarán los servicios de transporte de los gestores de las infraestructuras ferroviarias. Un esfuerzo de la Comisión que no se ha visto respaldado por los Quince en la reunión de Barcelona.

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