La proliferación de pequeños actos de protesta facilita el control policial
La falta de unidad en los actos de protesta contra la Cumbre de Barcelona y el elevado número de policías de uniforme y de paisano que se encuentran en la capital catalana permitió cerrar ayer una jornada con escasos incidentes, saldados con una treintena de detenidos de los colectivos más radicales.
El único incidente serio, que enfrentó a manifestantes y policía, se produjo en las Ramblas de Barcelona hacia las dos y media de la tarde. Custodiados por más de un centenar de policías, dos grupos de manifestantes (de 200 y 300 personas, respectivamente) se unieron a la altura del Liceo de Barcelona y lanzaron insultos y algunas latas contra la policía. En ese momento, la Unidad de Intervención Policial (IUP) emprendió diferentes cargas para dispersar a los manifestantes. Las escaramuzas con pequeños grupos duraron casi dos horas.
Por la mañana, las fuerzas de seguridad detuvieron a cinco miembros del colectivo vasco Zuzen, afín a la izquierda abertzale, que cortaron el tráfico en la Diagonal de Barcelona volcando un coche a la altura del hotel Hilton, a 500 metros del perímetro de seguridad de la cumbre europea.
A las siete menos cuarto de la mañana, unos desconocidos arrojaron neumáticos ardiendo en las vías de la línea 5 de metro, lo que ha provocado un corte de una hora en el servicio.
Aunque proliferaron los actos de protesta, ninguna de las diversas manifestaciones superó los 1.000 asistentes, lo que facilitó la tarea policial.
Hoy las cosas serán diferentes, ya que los principales grupos antiglobalización aceptaron la petición del Gobierno español para que la gran manifestación se realice hoy hacia las seis de la tarde en el céntrico paseo de Gracia, una vez concluido el Consejo Europeo.