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Actividad

La ampliación de la UE al Este le puede costar a España dos puntos de crecimiento

La ampliación de la UE le costará a España en torno a dos puntos del PIB hasta 2007 si la economía no mejora en eficiencia para compensar las ventajas competitivas de los candidatos (bajos costes laborales y mano de obra cualificada), la pérdida de ayudas comunitarias y la política comercial agresiva de Alemania.

La llegada de nuevos socios a la Unión Europea puede dar más de un dolor de cabeza a la economía española. La Fundación La Caixa presentó ayer un estudio sobre el impacto de la ampliación al Este, en el que alerta de importantes efectos para España.

Los 13 países candidatos a integrarse a la UE caminan hacia la estabilidad macroeconómica, creciendo a ritmos elevados. A la vez, presentan un patrón de especialización sectorial y ventajas competitivas sobre muchos de los socios comunitarios, entre ellos España. El impacto de la ampliación (la primera fase está prevista para 10 países en 2004) se dejará sentir en innumerables aspectos, especialmente en la pérdida de ayudas comunitarias, en efectos deslocalizadores de la inversión y en un ajuste comercial y migratorio.

Los autores del estudio -los profesores Carmela Martín, José Antonio Herce, Simón Sosvilla-Rivero y Francisco J. Velázquez- estiman que el mayor efecto en la producción real tendrá su origen en el ajuste del sector manufacturero, 'reflejando la incapacidad de la industria española para, en un contexto de ampliación y liberalización interior comunitario, ganar mercado exterior sin ceder mercado nacional'.

Las industrias que engloban el material eléctrico, el de transporte, la madera y el corcho, los productos metálicos, el textil y el calzado, la maquinaria agrícola e industrial y los metales férreos serán las más afectadas, por estar localizadas en sectores en los que los países candidatos cuentan con mano de obra cualificada y muy barata.

Los últimos datos disponibles indican que el coste laboral por hora de trabajo supone de media en los '10 países PECO' (Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia) un 16% del que representa en España.

Aunque este diferencial se reduzca al considerar el desnivel de productividad de los países candidatos, sus ventajas son, obviamente, sustantivas. Otro factor a considerar es el del flujo de inversiones directas que hasta ahora han llegado a España (en torno a 12.500 millones de dólares en 1999). El riesgo de deslocalización de la inversión hacia estos países es evidente. Para evitar esta situación, Carmela Martín propone que se mejoren las infraestructuras y las dotaciones de capital humano y capital tecnológico, como vía para ganar la batalla de la eficiencia a estos países. Martín lamenta la 'pasividad' del Gobierno y las empresas españolas en tomar posiciones en un mercado potencial en el que Alemania está copando todos los puestos mientras España se mantiene con una tasa de penetración (exportaciones) inferior al 2%.

Otra variable a tener en cuenta es la pérdida de ayudas comunitarias. Con una UE ampliada, los autores del libro concluyen que, a partir de 2006, se perderán los fondos de cohesión y sólo tres comunidades autónomas (Andalucía, Extremadura y Galicia) seguirán recibiendo fondos estructurales como regiones Objetivo 1.

En total, los autores estiman que, de no corregirse todos estos factores, la ampliación al Este restará una media de dos a tres décimas anuales al crecimiento de la economía española.

En 2007, la brecha acumulada de menor crecimiento en el PIB estaría en torno a dos puntos del que correspondería en ausencia de ampliación. La tasa de paro se vería incrementada en varias décimas en los primeros años, equivalente a 100.000 empleos. La brecha de menor PIB podría reducirse hasta un punto en 2013 en función de las ayudas estructurales que se negocien para el periodo (2007-2013) y de la reacción de las empresas españolas ante la eliminación de las barreras comerciales con estos países y de la mayor libertad para el movimiento de bienes, servicios y factores productivos.

A pesar de todo, el director general de La Caixa, Isidro Faine, instó ayer al optimismo en la presentación del estudio. 'La ampliación al Este debe ser entendida no con temor, sino como una gran oportunidad para ampliar negocios en un mercado de 500 millones de consumidores' dijo.

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