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OMC
Tribuna
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La estrategia comercial en China después de la OMC

Albert Collado analiza las posibilidades que se abren para las empresas extranjeras en China tras el compromiso de liberalizar la distribución comercial derivado de su ingreso en la OMC

Tras más de 15 años de negociaciones, China fue admitida como miembro de la OMC en diciembre de 2001. Este evento hace prever un incremento significativo del comercio internacional con China, debido al desarme arancelario que conlleva la firma del Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT 1994) y a la esperada liberalización de la distribución comercial en China derivada del calendario de compromisos asumidos con la firma del Acuerdo sobre Comercio de Servicios (GATS).

Hasta la fecha, la distribución comercial en China, así como otras formas de facilitar la operativa comercial, como la agencia, han estado fuertemente restringidas a las compañías extranjeras. Las empresas extranjeras que han querido vender producto en China creando su propia red de distribución están recurriendo a uno o varios de los siguientes esquemas:

a) Establecimiento de una empresa productiva, con la limitación de comercializar sólo en China los productos fabricados allí por la propia empresa.

b) Establecimiento de una oficina de representación, dedicada a prospección de mercado, sin que pueda legalmente contratar ventas dentro de China. Las ventas se realizarían formalmente por una empresa de distribución china o directamente por la empresa extranjera con intermediación de un agente importador chino en posesión de la preceptiva licencia.

c) Establecimiento de una empresa de capital íntegramente extranjero en una de las zonas francas de China. La empresa puede mantener un inventario y una actividad comercial dentro de la zona franca, pero no ventas con personal propio dentro de China que se realizarán como en el caso anterior.

d) Establecer una empresa distribuidora en Hong Kong, como variante a la estrategia anterior.

e) Establecer una empresa en la zona franca de Waigaoqiao (Shanghai), con autorización especial para intermediar productos en el propio mercado chino bajo ciertas condiciones.

La entrada de China en la OMC implica un cambio drástico en esta área. Así, a partir del primer año desde el acceso, las empresas extranjeras estarán autorizadas a crear empresas mixtas de distribución con un porcentaje máximo del 50%. A partir del segundo año, la empresa extranjera podrá tener porcentaje mayoritario y a partir del tercero, el capital podrá ser totalmente extranjero. Un dato importante es que las empresas productivas ya establecidas en China podrán importar y distribuir el resto de productos de la empresa a partir del primer año desde el acceso.

En el comercio minorista, la liberalización será paulatina en determinadas áreas geográficas y en el número de empresas admitidas, hasta la plena liberalización a partir del tercer año desde el acceso.

Los compromisos asumidos afectan también a otras actividades relacionadas con la distribución comercial: franquicias y ventas a distancia, mantenimiento y reparación para electrodomésticos, vehículos, maquinaria y equipos informáticos, alquiler de equipos y maquinaria, servicios de publicidad, servicios de análisis y control de calidad, empaquetado, mensajería, almacenaje, transporte por carretera, ferrocarril y agencias de transporte. Para todos ellos se establece un calendario específico tendente a la plena liberalización en plazos que van de tres a cuatro años.

Ante las oportunidades que se derivan de la nueva situación, es fundamental anticiparse y trazar las líneas de futuro. Las empresas ya establecidas deben analizar la viabilidad de incluir en la licencia actual la actividad de distribución, lo cual permitiría ampliar el catálogo de productos. Por otro lado, las empresas que aún no tienen canales de distribución deben estudiar la conveniencia de establecer un plan de acción que les permita llegar a controlar una actividad comercial en China lo antes posible.

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