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Manuel Pizarro

'Quiero medios para que las cajas crezcan sin perder su estatus'

Es de Teruel, la gran desconocida, y por ello uno de sus mayores objetivos es promocionar su provincia. Nació en 1951. En 1995 fue elegido presidente de Ibercaja y en 1998 también de la CECA, con gran influencia política y económica. Pizarro dice que no cambia la presidencia de Ibercaja 'absolutamente por nada'

Cuenta con uno de los currículos profesionales más amplios. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, es abogado del Estado y agente de Cambio y Bolsa. Entre sus cargos destacan presidente de Ibercaja, de la CECA, presidente del Instituto Mundial de Cajas de Ahorros, vicepresidente de la Agrupación Europea de Cajas de Ahorros, de la Bolsa de Madrid, de Endesa y del holding que agrupa a los mercados financieros españoles. Una de sus más destacadas características: ser una persona de consenso.

Pregunta. El pasado 20 de febrero volvió a ser reelegido presidente de la CECA por unanimidad. ¿Cuáles son sus objetivos en esta nueva etapa?

Respuesta. Lo primero, establecer un estatuto para la CECA diferente al que tenemos. La CECA por designio de la Ley de 1985 tiene el mismo estatuto que una caja de ahorros y se ha evidenciado que eso es muy ineficaz porque no tenemos la misma tipología que una caja, y entonces el Gobierno, atendiendo a esos razonamientos, modificó la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de este año. El cambio de los estatutos se presentará en la asamblea de la CECA del próximo 24 de abril. En menos de tres meses habremos modificado estos estatutos. Además, espero que la Ley Financiera recoja ciertos retoques para las cajas.

P. Entonces, una vez que el Parlamento apruebe la Ley Financiera y se modifiquen los estatutos de la Confederación, ¿será el momento de dejar la presidencia de la CECA?

R. Como dice un gran banquero, cada día tiene su afán.

P. Sé que no le gusta hablar de cargos que aún no ocupa. Pero permítame hacer una referencia a Endesa. ¿Compatibilizará su puesto de presidente de la CECA con el de Endesa?

R. El estatuto de CECA lo que dice para todos los miembros del consejo, y yo soy un consejero más, porque soy presidente, pero no ejecutivo y el estatuto del presidente de la Confederación es el de cualquier miembro del consejo, es que ningún consejero puede tener más de cuatro consejos de administración distintos, además del de la CECA. Este tipo de incompatibilidades es el que se aplica para todos los consejeros de cualquier caja. Y yo aplico escrupulosamente y, por lo tanto, no tengo ningún consejo más de los que permite la ley y, de hecho, en Endesa estoy porque Ibercaja tiene unos intereses muy importantes que le vienen de la vieja posición en Eléctricas Reunidas de Zaragoza. Cuando Endesa absorbe Eléctricas Reunidas de Zaragoza y cambia las acciones que tenía en ERZ por títulos de Endesa, Ibercaja logra una posición muy importante en Endesa. Seguramente a alguien le parecerá algo no tan grande si lo comparamos con otro tipo de instituciones, pero para Ibercaja es algo muy importante y, por lo tanto, digamos que para Endesa. Estoy en el consejo de la eléctrica defendiendo los intereses de Ibercaja y, en este sentido, estoy defendiendo los intereses del resto de los accionistas de Endesa, en diversas posiciones, entre ellas como vicepresidente, puesto que ahora ocupo.

P. El próximo mes de mayo se celebran en Ibercaja nuevas elecciones. ¿No hay duda de que cuenta con todos los apoyos para ser reelegido presidente?

R. El 30 de mayo volveré a ser reelegido presidente de Ibercaja si no cambia nada. La ley aragonesa establecía un mandato de ocho años para el presidente y se amplió a un posible tercer mandato de otros cuatro años más. Y si cuento con el apoyo del consejo, me encantaría seguir en mi puesto en Ibercaja, que no cambio absolutamente por nada. En Ibercaja he aportado mi bagaje en el mundo financiero colaborando a que la caja vaya bien en los territorios donde está establecida. Ibercaja es un reto de iniciativas económicas muy bonito y que no cambio absolutamente por nada, porque estoy muy contento con ese papel.

P. ¿Existen posibilidades de que el PP y el PSOE retomen la iniciativa de limitar al 50% el peso público en las cajas?

R. La Constitución en los artículos 148-149 y, sobre todo, en los estatutos de autonomía atribuía competencias exclusivas en materia de cajas a las comunidades autónomas. Eso significa que en materia de cajas con domicilio social en una determinada comunidad autónoma éstas tienen competencias exclusivas legislativas, de desarrollo legislativo y de ejecución. Por ello, el acuerdo entre los dos partidos más importantes es más un acuerdo entre ellos para ver cómo se puede armonizar de alguna manera el modus operandi en cada comunidad autónoma que una ley formal, ya que al final en lo que tiene que acabar es en una ley propia de cada comunidad autónoma. Por ello, no es tan importante un acuerdo formal como un consenso básico, que creo que ya existe. Cuando hablas, y yo hablo con todos los principales responsables de los partidos políticos españoles, hay una conciencia básica, primero, en mantener el estatus jurídico de las cajas, entidades que son las señas de identidad de nuestro sistema financiero. En segundo lugar, en el mantenimiento futuro que eso lleva consigo y que se plasma en buscar mecanismos que computen como recursos propios y les permita a las cajas seguir creciendo, porque, si no, estrangularíamos su crecimiento. Y en tercer lugar, lo que hace falta es dar autonomía de gestión a las cajas, a sus profesionales. En todos estos ingredientes veo identidad de criterio.

P. A nivel nacional puede que exista un cierto consenso, pero, si no se puede trasladar este consenso a los Gobiernos autónomos, ¿de qué sirve? ¿Qué puede hacer la CECA?

R. A mí me gustaría que este consenso se exteriorizara en algún texto legal, aunque lo más importante es el consenso básico, sobre todo, acerca de la existencia de las cajas, su desarrollo futuro y su profesionalidad. En esta casa lo que hemos hecho en estos años es hablar con todos los protagonistas de la vida política y económica, y creo que hay no tanto un acercamiento como una identidad de posturas, con los matices que queramos. Que ello se exteriorice en un pacto, creo que se excede muchísimo de lo que podría ser la situación de la CECA. No estamos para proponer este tipo de pactos. Desde el punto de vista de la CECA, considero que nuestro trabajo ya lo hemos hecho, y bien hecho. Además, estoy satisfecho en la medida en que no veo que nadie ataque la identidad de las cajas, nadie quiere que las cajas dejen de ser el elemento que dé competencia en cada comunidad autónoma en el sector financiero. Yo estoy tranquilo en este aspecto.

P. Pero ahora el peligro no es tanto la privatización de las cajas como la tendencia a que actúen como bancos públicos.

R. Las cajas son entidades privadas de naturaleza fundacional. Nadie quiere convertirlas en algo que no son. Si corriéramos el riesgo de convertir a las cajas en prestadores de sectores con una mayor concentración de riesgos, pondríamos en peligro la propia esencia de las cajas. Es perfectamente loable que cada comunidad autónoma luche por que se establezcan en su propio territorio empresas de todo tipo. Pero creo que eso se puede hacer preservando la naturaleza jurídica de las cajas, que están hechas para otra cosa.

P. ¿Qué transcendencia tiene para las cajas la directiva de la CE sobre entidades financieras y la composición de sus órganos de gobierno?

R. Creo que es buena. Poner de manifiesto qué son las entidades financieras y que cuando haya alguna sospecha de que pueden existir ayudas públicas por parte de una entidad se detecte es bueno. La sospecha de que pueda haber ayuda del Estado lo cifra el legislador europeo en el hecho de que en el consejo haya más representantes públicos que privados. Cuando eso sea así, no es que se pierda la naturaleza jurídica de las cajas, lo que ocurrirá es que estaremos mucho más atentos para ver si usted hace un mal uso de los fondos que los impositores han dejado en sus manos.

P. ¿Puede pasar en España como en Alemania y que la UE obligue a modificar ciertos aspectos de las cajas?

R. En España no tenemos los avales que tenían las cajas alemanas. Por ello no creo que pueda prosperar ningún tipo de actuación encaminada a modificar las cajas tomando como ejemplo Alemania. No hay ningún elemento diferencial con los bancos. Pagamos los mismos impuestos, hacemos las mismas operaciones, tenemos los mismos requisitos de adecuación de capital y tenemos un rating en función de cada entidad por sí mismo.

P. De las propuestas presentadas por el PP y por el PSOE, ¿cuál se acerca más a las reclamaciones del sector?

R. El sector está sano, no da ningún disgusto al sistema financiero y el sector está ampliamente arraigado en la sociedad. Lo que me gustaría es que miremos 15 años por delante. Los procesos en el mundo financiero son siempre muy lentos, frente a lo que ocurre en las Bolsas cuyos procesos son instantáneos. Por eso lo que desearía desde la CECA es, sobre todo, una visión a 10 o 15 años. Ver cómo es la situación del sistema financiero español dentro del sistema financiero europeo y hasta qué punto tenemos un punto fuerte que son las cajas de ahorros y dejamos caminos para que cada caja sea lo que quiera ser dentro de lo que pueda. Abramos caminos para que se financien adecuadamente, para que tengan recursos propios suficientes, para que sigan siendo fermento de la sociedad y que garanticemos su profesionalidad y autonomía de gestión sin dejar de rozarnos con la vida jurídica pública. Creo que lo más revolucionario es la inmovilidad. Cuando tú no mueves nada, al final la ola te pasa por encima, es decir, que si alguien quiere deshacer las cajas lo que tiene que hacer es no hacer nada. Yo, por tanto, lo que quiero desde el sector es decir, oiga usted, déjenos los cauces necesarios para seguir desarrollándonos sin perder nuestra identidad. Y eso es lo difícil, crecer sin perder tu propia identidad.

P. En concreto, ¿qué pide el sector a los políticos y a las comunidades autónomas?

R. Creo que el contacto, la convivencia con la política no es mala. Lo que sí que hace falta es poner a la política en su punto. La política está para lo que está y seguramente en un país como España lo que necesitamos es mucha más sociedad civil entendida como sociedad mercantil, como sociedad de entidades tipo como las cajas, como vida asociativa, una sociedad más rica que deje que la política tenga la parte importante que tiene que tener, pero que no cubra absolutamente todo. También sería malo que no hubiera vida política y que el debate fuera sólo mercantil. Hace falta, como en todo, una mezcla. Hay algo que es claro, el que acierte con la legislación que dé a sus cajas verá que tendrá cajas competitivas y el que no acierte con esa legislación verá cómo sus cajas irán perdiendo comba. Al final, el tiempo pone a todo el mundo en su sitio.

P. En su opinión ¿existe alguna comunidad autónoma que esté abusando de sus poderes legislativos?

R. Eso hay que comprobarlo examinado en proyección cómo van las cajas de cada comunidad autónoma, cómo se conforman y, luego, que cada uno saque sus consecuencias. No seré yo quien me pronuncie sobre eso. Yo soy un enamorado de lo privado y creo en la libertad del legislador para establecer el marco que crea conveniente. Lo que hay que exigir luego es una responsabilidad política, en este caso, con una adecuada legislación.

P. ¿Cree que las cajas podrán salvar las trabas políticas para realizar fusiones interregionales?

R. Las fusiones de cajas entre distintas comunidades son complicadas. Un problema es el punto de conexión para la legislación aplicable a la hora de situar el domicilio. Ninguna comunidad quiere perder su caja. En mi modesta opinión, en un proceso de consolidación que se está produciendo en todos los sectores, las fusiones de cajas de distintas comunidades son las que realmente insuflan competitividad. Muchas veces se fusionan cajas de la misma comunidad y lo que pasa es que hay que cerrar redes, y es una pena porque se está perdiendo tejido económico y puestos de trabajo.

P. Las cuotas participativas ¿tienen que cotizar? ¿Serían un instrumento para profesionalizar más a las cajas?

R. El mercado lo que hace siempre es disciplinar a las entidades y el mercado de valores todos los días descuenta, todos los días toma toda la información que hay sobre las entidades que cotizan y todos los días pone de manifiesto al mercado la información que se conoce y luego valora. Y eso sirve absolutamente para todos. La única forma de que ese capital que has dado con carácter permanente, como pueden ser las cuotas participativas, pueda ser recuperado cuando el suscriptor lo necesite es que cotice en algún sitio y la cotización tiene que ser en un mercado organizado, si no hay un riesgo para el inversor.

Pregunta. Se ha comentado en varias ocasiones que cuando llegó a la presidencia de Ibercaja y más tarde a la de la CECA tenía otra imagen de las cajas y otras ideas sobre el futuro del sector. ¿Ha cambiado su opinión en estos años?

Respuesta. No, lo que pasa es que no es lo mismo ser rector de la Bolsa que ser rector de las cajas. Creo que un poco el hábito hace al monje, y no es lo mismo estar en la vanguardia del sistema financiero, en lo que es la quinta esencia de la globalización, que son las Bolsas, estando en la Federación Internacional de Bolsas de Valores, mirando lo que pasa cada día en Nueva York, que observando lo que pasa en Teruel. He pasado a un sistema en el que me interesa mucho más lo que pasa en mi ciudad que lo que ocurre en Nueva York. Esa es la diferencia. Y por lo tanto, cambia la visión, pero nada más. Yo a las cajas siempre las he tenido mucho cariño, quizá porque en Aragón son muy importantes. Y al cambiar la visión cambia la percepción del sistema financiero y, sobre todo, la defensa de los intereses que tienen que asumir. Lo que pasa es que es un sector que, cuanto más lo conoces, como todos, te va enganchando. En Aragón decimos que el roce hace el cariño, pues, cuando llevas varios años rozándote, yo llevo desde 1995 en el sector de las cajas, la verdad es que te gusta más. Además, a medida que el mundo se globaliza y las personas van perdiendo identidad, por una parte aumenta la percepción de permanencia a un mundo global, pero eso exige buscar tus raíces. Por tanto, lo que se llama el tercer sector, el que no sólo gana dinero, sino que además se preocupa por los demás, que permite hacer de amortiguador social en este mundo donde las diferencias son tremendas, creo que se hace cada vez más necesario el sector de las cajas. La solución para el sistema financiero no puede ser sólo el mercantilismo puro y duro.

P. Entiendo que, según su opinión, las cajas son cada vez más necesarias.

R. Creo que hacen falta entidades que amortigüen los problemas sociales, la exclusión social, y eso son las cajas, lo llamemos como lo llamemos. No hay dos cajas o dos sistemas de cajas iguales, pero la filosofía de hacer banca con un tinte social que lucha contra la exclusión social es hoy en este mundo más necesario todavía que hace tres o diez años, que antes de la caída del muro de Berlín.

P. Los bancos parece que no opinan lo mismo.

R. Pues yo creo que esto es así.

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