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Exteriores

Piqué afirma que el bulo de Marruecos no ha agravado la crisis diplomática

El bulo difundido desde el Gobierno sobre la entrevista entre el ex presidente Felipe González y el primer ministro marroquí, Abderramán Yusufi, no ha empeorado la crisis diplomática entre España y el país magrebí, según aseguró ayer el titular de Exteriores, Josep Piqué, en el Congreso, ante la incredulidad de CiU y de los grupos parlamentarios de la oposición.

Piqué pasó por alto ayer en el Congreso que con su actitud ante el bulo divulgado desde el Ministerio del Portavoz sobre la entrevista entre González y Yusufi obligó a este último a desmentir públicamente que tal contacto hubiera existido. De hecho, sólo dio instrucciones a la Oficina de Información Diplomática para que reconociera el error del Gobierno cuando Yusufi habló a través de la cadena SER y no un día antes, cuando el ex presidente Felipe González desmintió categóricamente la información publicada por el diario El Mundo sobre las circunstancias que rodearon su visita de fin de semana a Tánger.

Pese a implicar a Yusufi en el escándalo, Piqué mantuvo ayer que el mismo no ha agravado la crisis diplomática que enfrenta a España con el reino alauita desde que éste llamara a consultas a su embajador en Madrid el pasado mes de octubre.

Esta información dejó incrédulos a los portavoces de la oposición e, incluso, a Convergència i Unió. Su portavoz, Ignacio Guardans, denunció ante Piqué que las empresas que operan en Marruecos se quejan de la inoperancia del Gobierno español y del aumento de las dificultades de todo tipo que encuentran para trabajar en este país. 'No nos podemos permitir una guerra fría con Marruecos porque es un lujo. Los inversores españoles perciben una actitud hostil, desamparo y una profunda inseguridad jurídica', señaló. Guardans reclamó a Piqué un gesto para pacificar la relación con Marruecos y le sugirió que empiece por cesar al embajador español en Rabat, Fernando Arias-Salgado. Piqué le pidió ideas.

El propio ministro culpó a la Embajada española de transmitir una información errónea sobre el viaje de González a Tánger, pero negó que a partir de este paso el Gobierno se decidiera organizar una conspiración contra el anterior presidente. Sin disimulos, reconoció que, si lo hubiera decidido así, lo habría hecho de otra forma más inteligente.

Aunque Piqué aseguró que desde el Ejecutivo no se espían las actividades de Felipe González, el ministro mantuvo todavía ayer que 'había muchos motivos para dar fiabilidad' al bulo sobre la entrevista entre González y Yusufi, pues 'era una información plausible' y comentó que le parecía normal que ésta llegara hasta los medios de comunicación.

Ausencia de informes

Cuando el portavoz de Exteriores del Grupo Socialista, Manuel Marín, le insistió en que remitiera al Congreso los informes en los que se apoyó para afirmar públicamente que tenía 'indicios' de que tal entrevista se había producido, Piqué alegó que carecía de los mismos, pues había obtenido los datos telefónicamente. En el diario que publicó el bulo y en los medios públicos donde se comentó el mismo se citaron varios informes de la embajada en Rabat como origen de la falsa información.

Marín insinuó a Piqué que no se atreve a cesar al embajador en Rabat dada la alta implicación del Gobierno que observa en el escándalo. A su juicio, es la primera vez que en democracia se utiliza en España al servicio exterior para montar una 'operación política'. El diputado socialista acusó al ministro de actuar más como un 'agitador' que como un responsable del Gobierno. 'No ha dado la talla para este cargo', le dijo.

Piqué se defendió con unas declaraciones del ex ministro socialista Carlos Westendorp en las que cuestionó en su día la capacidad de José María Aznar para convertirse en presidente del Gobierno, comparación que a Marín le pareció de 'aurora boreal'.

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