Las provincias piden a Duhalde que suavice el impuesto a las petroleras
La inestabilidad que marca la política económica argentina vivió ayer un nuevo capítulo. El Gobierno se plantea ahora modificar el impuesto a las exportaciones petroleras ante las presiones de los gobernadores provinciales. Pero la verdadera prioridad del Ejecutivo es conseguir ahora que el Fondo Monetario Internacional (FMI) levante la suspensión de noviembre y reanude sus desembolsos.
El escenario económico argentino cambia por horas y ninguna medida se puede dar por segura más allá de 24 horas. El presidente Eduardo Duhalde se reunió ayer con los gobernadores de las provincias con industrias petroleras y representantes empresariales del sector. Ante las amenazas veladas de estos últimos y los temores expresados por los primeros, el Gobierno anunció que se replanteará el impuesto del 20% establecido para las exportaciones de crudo siempre que la fórmula acordada proporcione a sus arcas la misma cantidad de pesos.
Como alternativa, los gobernadores proponen un impuesto del 8% sobre el precio del crudo en el momento de su extracción, un plan que cuenta por supuesto con el grato apoyo de las petroleras.
'El plan que presentaron [los gobernadores] apunta a que se incrementen las inversiones, a que no queden trabajadores en la calle y a que no aumenten los precios de los combustibles', indicó al término de la reunión el ministro del Interior, Rodolfo Gabrielli.
La principal preocupación de los gobernadores está centrada en la posibilidad de que las empresas petroleras decidan cerrar pozos, frenar inversiones y expulsar empleados ante las pérdidas que le ocasionará el impuesto. æpermil;sas son, al menos, las advertencias que les han trasladado las compañías. La propuesta se trasladará al Congreso para su debate.
Pero la principal preocupación del Gobierno en la jornada de ayer se centró en las renovadas negociaciones con la misión del FMI. El Ejecutivo se ha marcado ahora un objetivo más realista y pretende convencer a la entidad que ha realizado los progresos económicos necesarios para que el organismo levante la suspensión impuesta en noviembre al programa de ayudas ya pactado con el país.
La ayuda pendiente de desembolsar por parte del organismo ronda los 9.000 millones de dólares (10.350 millones de euros), una cantidad en todo caso insuficiente para hacer frente a la grave crisis financiera que atraviesa el país. Esa esperanza fue también respaldada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al asegurar que Argentina está 'muy próxima' para llegar a un acuerdo con el Fondo, en cuestión de semanas según la entidad.
Según el ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, si el Fondo desbloquea estas ayudas, Argentina comenzaría a negociar su voluminosa deuda con los acreedores externos, lo que le permitiría ir retomando la confianza financiera internacional. El FMI exige al país un plan detallado y un calendario de pagos de la deuda antes de realizar ningún desembolso y lo que parece buscar el Gobierno argentino es justo el camino contrario: primero la ayuda y después iniciar los acuerdos con los acreedores.
'Con mucho menos, los anteriores Gobiernos llegaron a diferentes acuerdos. El problema es que en los últimos cuatro años ninguno se cumplió y Argentina perdió el crédito y la confianza', aseguró Remes Lenicov. El ministro reconoció, no obstante, que el acuerdo no llegará antes de dos meses.
El terremoto informativo vino ayer de manos del ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, que pidió ayer al Gobierno el levantamiento de las restricciones bancarias que él mismo impuso en diciembre y que desató una oleada de protestas populares que acabaron con el Gobierno de Fernando de la Rúa.
'Sin plena disponibilidad de los ahorros por parte de las familias y de las empresas, no habrá consumo ni inversión. Sin confianza de los ahorristas en los bancos no habrá crédito para nadie. Es clave que el Gobierno quite inmediatamente el cepo a los depósitos', aseguró Cavallo en un artículo periodístico.