La inversión española en el exterior cayó un 34% en 2001
La inversión directa realizada y recibida por los países de la Unión Europea se redujo notablemente en 2001. En España las estimaciones de la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (Unctad) reflejan una caída del 34,5% para las inversiones en el exterior y del 38,8% para las llegadas de países extranjeros.
La ralentización de la economía de EE UU y el deterioro del clima empresarial en los países de la Unión Europea son los factores que explican la fuerte caída de los flujos de inversión directa en el exterior de los 21 países más industrializados del planeta durante el año 2001, que la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad) estima en un 55,9% para las inversiones recibidas y del 44,8% para las realizadas.
Este retroceso en el esfuerzo inversor fue especialmente intenso en los grandes inversores de la UE, entre los que se encuentra España, que registró un caída del 34,5% en sus inversiones directas en el exterior con respecto al ejercicio de 2000, a pesar de lo cual se situó como el octavo emisor mundial de capitales productivos en el último año.
Aunque entrado ya marzo de 2002 la Secretaría de Estado de Comercio sólo ha hecho públicos los flujos de inversión correspondientes al primer semestre de 2001, la Unctad, utilizando los datos de la balanza de pagos, ha cifrado en 35.200 millones de dólares (39.776 millones de euros) las inversiones directas españolas en el exterior el año pasado, frente a 53.700 millones de dólares (60.681 millones de euros) en 2000.
Ligeramente superior, el 38,8%, fue la caída de la inversión extranjera en España, que pasó de 36.600 millones de dólares (41.358 millones de euros) en 2000 a 22.400 millones de dólares (25.312 millones de euros) en 2001.
El caso alemán
En el resto de la Unión Europea destacan en el capítulo de inversiones realizadas las caídas del 81,4% en el Reino Unido, hasta 53.675 millones de euros; del 81,9% en Bélgica, que bajó a 43.957 millones de euros, y del 46,7% en Francia, que invirtió 103.847 millones de euros fuera de sus fronteras en 2001.
Alemania, por el contrario, aumentó un 23,7% sus inversiones en el exterior, hasta alcanzar 67.913 millones de euros, aunque sufre una caída del 85,8% en las inversiones recibidas, que se situaron en sólo 28.137 millones de euros. Los técnicos de la Unctad matizan que la inversión directa recibida por Alemania en 2000 fue 'inusualmente elevada', factor que explicaría la contracción detectada en el último año.
Austria, que cerró el ejercicio con una tasa negativa del 74,5%, Bélgica (-84,3%), Finlandia (-74,9%), Noruega (-79,8%) y el Reino Unido, que baja un 39,1%, sufren también importantes retrocesos como receptores de inversión.
Sólo dos países de los Quince aparecen con crecimientos en las cifras de inversión directa recibida: Italia, con 18.758 millones de euros (23,6%), y Grecia, que sube un 136,4%, aunque con cifras muy pequeñas, sólo 2.147 millones de euros.
Fuera de la Unión Europea destacan la evolución de Estados Unidos y Japón. EE UU registra una disminución del 44,4% en las inversiones recibidas (180.800 millones de euros) y se sitúa en el primer lugar entre los países emisores de inversión totalizando 202.044 millones de euros en 2001, un 17,3% más que en el año precedente.
Interesante es también el caso de Japón, donde la caída que muestran las inversiones nacionales contrasta con el crecimiento del 45,9%, hasta 52.093 millones de euros, de las inversiones en el exterior, consecuencia de los procesos de fusión y adquisición entre empresas japonesas y estadounidenses en el sector de las telecomunicaciones.
El 11-S no influye en las empresas
Los datos avanzados por la Unctad, que recoge Información comercial española, muestran cómo la caída de las inversiones directas recibidas por los países en desarrollo fue prácticamente general, con las excepciones de China, Malaisia, Filipinas, India, Arabia Saudí, Marruecos, Nigeria, Suráfrica y en Europa del Este y Rusia.
Sin embargo, las previsiones de este organismo apuntan una recuperación en 2002 impulsada por la entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y por los síntomas de recuperación de las economías norteamericanas y en la UE.
Corroboran este optimismo las encuestas realizadas a las empresas multinacionales durante el cuarto trimestre de 2001, cuyos resultados indican que la incidencia de los atentados terroristas del 11 de septiembre será muy 'reducida' y no parará la estrategia de diversificación en sus decisiones de inversión internacional.
En el caso de China, las citadas encuestas revelan cómo la mayoría de empresas consultadas sitúan a este país como primer destino de sus inversiones.