El Congreso norteamericano apuesta de nuevo por el superávit fiscal
La Oficina de Presupuesto del Congreso, que hace un mes preveía que el gobierno federal incurriría en déficit, cree ahora que este período fiscal terminará con un modesto superávit de unos 5.000 millones de dólares.
El cálculo, dado a conocer hoy, está contenido en el testimonio que ha preparado el director de la oficina, Dan Crippen, para ser expuesto hoy ante el Comité de Presupuesto del Senado.
El nuevo cálculo fiscal y los indicios de una reactivación económica prometen réditos políticos para el presidente George W. Bush, y para el Partido Republicano que en noviembre tiene una batalla dura para conservar su mayoría en la Cámara de Representantes.
Después de décadas de déficit, que alcanzó a los 300.000 millones de dólares cuando Bill Clinton llegó a la Casa Blanca en enero de 1993, Estados Unidos equilibró su presupuesto y obtuvo superávit desde 1998, pero en un año de presidencia de Bush las cuentas se trastornaron.
En enero la Oficina de Presupuesto del Congreso -una agencia no partidista- calculó que si se ponían en práctica las reducciones de tributos promovidas por Bush, el déficit fiscal en el período 2003 llegaría a los 121.000 millones de dólares.
El mismo Bush dijo que su plan dejaría un déficit de 80.000 millones de dólares en el período fiscal 2003, pero argumentó que la reducción de impuestos es la receta adecuada para el estímulo de la economía tras el cual llegaría otra era de bonanza.
En gran medida los vaivenes presupuestarios reflejan el comportamiento de la economía que tuvo un crecimiento desde 1991 hasta mediados del 2000, sin precedentes en tiempos de paz, y que generó buenas recaudaciones para el fisco.
La desaceleración de la actividad económica que comenzó en julio de 2000 y que, según algunos economistas, se convirtió en recesión en marzo de 2001, redujo las recaudaciones, y al mismo tiempo Bush logró que el Congreso aprobara una reducción de impuestos, lo que redujo aún más las arcas fiscales.