Bush desoye las críticas internacionales y sube al 30% el arancel al acero
El presidente de EE UU, George Bush, hizo ayer caso omiso de las amenazas internacionales y decidió aumentar al 30% los aranceles a la importación del acero. La decisión abre una nueva guerra comercial entre el país norteamericano y la UE, que ya advirtió que denunciaría las medidas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Japón y Brasil también anunciaron ayer que tomarían represalias.
Las últimas horas de la cuenta atrás sirvieron para alertar, si ya no lo estaba, a Bush, pero no valió de mucho. Una oleada de advertencias le llegó desde distintos puntos del planeta: Japón, Brasil, la UE en general, y Reino Unido y Alemania en particular, y Rusia. Todos lanzaron el mismo mensaje: si se aumentan los aranceles a las importaciones del acero, Bush deberá enfrentarse ahora a las consecuencias. La más inmediata será rendir cuentas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Pero la presión internacional no contrarrestó la de la industria nacional. Aun así, el 30% anunciado por Bush no cubre las peticiones de la industria estadounidense, que pedía que las importaciones de acero se gravaran con un 40% de tasa, culpándolas de las 31 quiebras que ha sufrido la industria del acero en EE UU desde 1997. Según The Washington Post, que avanzó la medida ayer, las últimas horas de negociación de Bush con sus consejeros estuvieron dedicadas a diferenciar los países y los productos a los que se aplicará la subida.
La subida de los aranceles se aplicará a 10 productos, con distintos porcentajes de tasa, en algunos tubulares, redondo de construcción e inoxidables, los porcentajes se rebajan al 8%, 13% y 15%. La salvaguarda durará tres años desde el 20 de marzo próximo.
No pagarán arancel el acero importado de Canadá y México gracias al acuerdo de libre comercio (Nafta) que comparten con EE UU. También quedará exentos el de algunos países en desarrollo, como Taiwan, Turquía y Argentina, cuyas importaciones no superan el 3% del total.
Las críticas por parte de los países productores fueron inmediatas y severas.
La UE prepara represalias
La Unión Europea, a través de un comunicado, condenó la medida tomada por Bush y el comisario de Comercio, Pascal Lamy, afirmó que el camino proteccionista tomado por Estados Unidos es una ¢gran regresión¢ en el sistema mundial de libre comercio.
¢La Unión Europea interpondrá, por supuesto, inmediatamente una demanda en Ginebra (sede de la OMC) contra esta clara violación de las reglas que rigen el libre comercio y tomaremos las medidas necesarias para salvaguardar nuestro mercado¢, declaró Lamy.
Según los datos disponibles, la UE exportó acero a EE UU por valor de 3.520 millones de euros en 1998, mientras que sus importaciones desde el país norteamericano fueron de 500 millones de euros.
Una guerra comercial entre ambos bloques sería devastadora, ya que entre ambos intercambian bienes por valor de 430.000 millones de euros, según datos de 2000.
Estados Unidos ha introducido el arancel porque considera que las importaciones baratas han originado más de 30 quiebras en su sector siderúrgico. Sin embargo, Europa alega que las quiebras se han debido a la mala reestructuración acometida y a la revalorización del dólar (un 23% respecto al euro en dos años).
El representante estadounidense de Comercio, Robert Zoellick, trató de calmar a los productores de acero afirmando que habrá cuotas sin arancel para algunos productos (guiño a Brasil, del que dijo que un 80% de sus exportaciones se mantendrían sin cambios) y dejando entrever que las medidas podrían ser aliviadas o eliminadas si ¢la situación mejora¢.
Rusia y Japón también lanzaron advertencias. La subida de un 30% de los aranceles ¢podría tener un serio impacto en las relaciones rusoa-mericanas¢, dijo el ministro de Exteriores, Alexander Vershbow. En Japón, el ministro de Comercio, Takeo Hiranuma, mostró también la oposición de su país, el segundo productor mundial.