Las diferencias políticas marcan el inicio de la Convención Europea
La sesión solemne de inauguración de la convención europea expuso ya las enormes discrepancias que alberga un foro del que se espera un proyecto de Constitución para la Unión Europea. Mientras el discurso de José María Aznar, que presidió ayer en Bruselas el acto inaugural celebrado en el Parlamento Europeo, esquivó incluso el término 'Constitución' y exigió un respeto escrupuloso a la soberanía de los Estados, el presidente de la convención Valéry Giscard d'Estaing se marcó como objetivo abrir 'la puerta hacia una Constitución para Europa'. El liberal irlandés Pat Cox, presidente del Parlamento Europeo, compartió con Aznar la alergia a concretar el proyecto, pero el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, pidió 'una Constitución que señale el nacimiento de la Europa política'.
Empate a dos en el primer asalto de una asamblea de 105 miembros en cuyos debates públicos durante más de un año se puede escribir 'un nuevo capítulo de la historia de Europa', según Giscard d'Estaing. Y el francés recomienda que 'para evitar problemas semánticos, pongámonos ya de acuerdo en hablar de un tratado constitucional'. Su discurso recibió la mayor salva de aplausos de la tarde y el presidente Aznar no dudó, al final del acto, en saltarse el protocolo y bajar desde el estrado al hemiciclo para estrechar la mano al francés. La solemnidad del momento no impidió que las cuatro intervenciones llegaran cargadas de mensajes políticos nada subliminales. En ocasiones, incluso, las palabras de Giscard d'Estaing parecían tratar de rebatir punto por punto las de Aznar.
Integración
El presidente del Gobierno, que ocupa este semestre la presidencia rotatoria de la UE, negaba 'una crisis existencial [de la UE] en el proceso de integración'. Una integración que, en cualquier caso, 'no es un fin en sí mismo, sino un medio'. Además, Aznar advirtió a la Convención sobre el riesgo de que el reparto de competencias entre Bruselas y los Estados que propongan para el futuro desemboque 'en una marcha atrás del proyecto europeo ya realizado y consolidado'.
Para evitarlo, aconsejó al foro no sólo ajustarse al calendario previsto, sino también mantener continuamente informado de los progresos al Consejo Europeo. El ex presidente de la república francesa recordó a Aznar que 'el Parlamento Europeo es la única institución elegida democráticamente en la UE' y se propone colaborar estrechamente con ella.