El cristal con que se mira a Estados Unidos
Cuando un líder europeo habla elocuente y deliberadamente en apoyo de EE UU, va contra lo que se entiende por opinión común (...). José María Aznar, preguntado en una entrevista del pasado viernes (...) por la campaña de Bush contra el 'eje del mal' (...), respondía: 'Pienso que Bush ha tomado una posición de dimensiones históricas (...). Creo que es más importante que nunca que Europa fortalezca sus lazos con EE UU: en solitario, los europeos no seremos capaces de hacer nada, ni siquiera en nuestro propio continente, como demostró la crisis de los Balcanes' (...).
Sin duda, las opiniones de Aznar no encajan con el molde de la mayoría (...). Se supone que los líderes europeos comparten con sus opiniones públicas una visión de la Administración Bush como una banda de unilateralistas de gatillo fácil y desprecio por las libertades (...).
Sin embargo, los titulares sobre la supuesta indiferencia de la Administración Bush hacia los puntos de vista europeos tienen poco que ver con el tradicional recelo. Reflejan la histórica batalla política de la Europa de hoy entre los nuevos y los viejos políticos. No es casualidad que las viudas de la vieja política, Francia y Alemania, tiendan a criticar a EE UU. Mientras que los exponentes de la nueva política, Tony Blair, Silvio Berlusconi y Aznar, principalmente, apoyan a Bush.