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Coyuntura

Las Bolsas desatienden los datos de recuperación de la economía de EE UU

Las proclamas continúan. Cuentan los gurús más famosos que hay síntomas claros de recuperación económica en Estados Unidos. Las Bolsas, empero, siguen donde estaban. El inversor final desatiende los mensajes, porque, entre otras cosas, está cansado de tanta propaganda. Si la cosa económica, dicen, está tan bien, ¿por qué airearlo tanto?

La estadística no para. Un día sí y otro también llueven las cifras sobre el estado de salud de la economía de Estados Unidos. Hasta ahora, los datos son endebles. La rápida salida de la recesión, como pregonan hasta la saciedad algunos bancos de inversión y otros tantos operadores bursátiles, no se observa.

Podría suceder, todo hay que admitirlo, que el mercado, como ha sucedido en otras ocasiones, tenga fallido el sentido del olfato y que, en efecto, la situación económica muestre mejoras significativas. De ser así, dicen los analistas más finos, ¿cuál es la valoración justa de los mercados de acciones?

Salvo para quienes están obligados a aplaudir todos los días las excelencias de las Bolsas, aunque no sean tales, el consenso es que están sobrevaloradas a los niveles de precios actuales, no tanto por los datos pasados, que esos ya muy pocos los tienen en consideración, como por los que vienen.

Los cálculos en Bolsa se efectúan ya con las proyecciones de futuro, de tal modo que son las sorpresas a favor o en contra las que mejoran o empeoran las cotizaciones. En esta dirección, la creencia es que por muy bien que vayan a ir las cosas las valoraciones actuales serán insostenibles.

Las Bolsas, una vez analizado el fenómeno, prestan cada vez menos atención a los especuladores y agitadores a corto plazo y se enfrascan más en la lectura de los últimos datos empresariales. El gran fiasco, lo que muchos sospechaban y ahora, ya es tarde, se ha hecho realidad, está en la contabilidad creativa. La creación de valor ha sido perniciosa.

La enronitis es una pandemia, por mucho que los expertos de Wall Street quieran aislarla y, de este modo, tratarla como un virus. Las dudas, como otros tantos reconocimientos empresariales, se han generalizado. Cuentan los más viejos que en todas las grandes crisis se repiten las mismas situaciones y que los mercados salen fortalecidos para luego entrar en otra crisis. Son consideraciones a tener en cuenta.

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