Los dos fiscales del 'caso Banesto' abandonan la Fiscalía Anticorrupción

Luis López Sanz y Javier Sánchez-Junco, los dos fiscales que dirigieron la acusación pública en el caso Banesto, abandonan la Fiscalía Anticorrupción. La marcha de los dos fiscales coincide con la vista del recurso en el Tribunal Supremo (que se verá el próximo 22 de abril) contra la sentencia de la Audiencia Nacional que condenó al ex presidente de Banesto Mario Conde a 10 años de prisión por estafa y apropiación indebida. También resultaron condenados otros tres colaboradores del ex banquero.

Luis López Sanz, teniente fiscal anticorrupción y hasta ahora fiscal del caso Gescartera, entre otros asuntos, ocupará una plaza en la Fiscalía del Tribunal Supremo después de que haya sido propuesto por el Consejo Fiscal, órgano consultivo del fiscal general del Estado. López Sanz cubrirá la vacante en la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo dejada por Miguel Colmenero, que esta misma semana ha jurado su cargo como magistrado del alto tribunal. Además del fiscal anticorrupción, optaban a esta vacante los fiscales Julia del Rosal, Eduardo Prados, Olga Sánchez, Ángeles Gullón y Juan Ramón Calpasoro.

Por su parte, Sánchez-Junco, autor de la querella contra Jesús Gil por un presunto fraude de 5.000 millones en el Ayuntamiento de Marbella, ha pedido la excedencia para dedicarse a la abogacía. Trabajará en casos penales y cuenta ya con varios conciertos con bufetes que carecen de departamento penal. Ambos fiscales llevan casi 20 años en el ministerio público. López Sanz fue nombrado teniente fiscal anticorrupción desde que esta fiscalía especial se creó, en diciembre de 1995.

Sánchez-Junco se incorporó en 1998 y su primer asunto fue el caso Banesto. Antes estuvo en la Fiscalía del Tribunal Constitucional y en la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado. López Sanz comenzó su carrera en el ministerio fiscal en Barcelona. Su segundo destino fue la Fiscalía de Madrid, desde donde pasó a Anticorrupción.