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Crisis

Duhalde intenta evitar la huelga petrolera sin eliminar el impuesto

El presidente argentino, Eduardo Duhalde, aseguró ayer que mantendrá el impuesto a las exportaciones de las empresas petroleras y dijo que no permitirá que aumenten sus precios. Al mismo tiempo, el Gobierno estaba decidido anoche a dictar un arbitraje obligatorio para impedir la huelga petrolera que debía comenzar a las cero horas de hoy contra miles de despidos en el sector. Las protestas como los ataques a las sedes de las filiales del SCH y del BBVA siguen en aumento.

La crisis social y política en Argentina crece por horas. Anoche, en tanto participaba en la Cumbre del Mercosur, Duhalde intervenía directamente para tratar de frenar una huelga de trabajadores petroleros que podría crear un gran desabastecimiento en todo el país.

El presidente argentino se enfrentó con Repsol, Shell y Esso al afirmar que esas compañías ¢han hecho grandes ganancias y es el momento de hacer un aporte¢ a su país, a través del impuesto del 20% a sus exportaciones. Y, con dureza, dijo que ¢no vamos a permitirles que hagan los aumentos que han salido publicados en los medios de comunicación¢. Las informaciones de ayer indicaban incrementos de entre el 10% y el 40% en los precios internos de los combustibles.

En un marco de enorme confusión y mientras empresarios, sindicatos y Gobierno comenzaban ayer a negociar en el Ministerio de Trabajo, fuentes oficiales dijeron a este periódico que ¢es casi seguro que dictaremos la conciliación (arbitraje) obligatoria, lo que supone que las empresas deberán dejar sin efecto los miles de despidos efectuados, y los sindicatos, su huelga general por tiempo indeterminado¢.

El conflicto estalló durante el fin de semana cuando los sindicatos del sector denunciaron el envío de más de 10.000 telegramas de despidos. El presidente de Shell en Argentina, Juan José Aranguren, vinculó la decisión de los despidos con el impuesto a las exportaciones. Y dijo también que está de acuerdo con la huelga.

Sin embargo, algunos sindicatos de los pozos petroleros de la Patagonia anunciaron manifestaciones contra los despidos y a favor de la nacionalización del petróleo.

El enfrentamiento llega en momentos de particular debilidad del Gobierno.

Las protestas contra el corralito tampoco remiten y la furia de los ahorradores se expresa cada vez más contra las sedes bancarias.

Ayer, en Buenos Aires, un grupo de cientos de personas destrozó los cristales de las oficinas del Banco Francés BBVA y luego se dirigió al Río SCH, donde penetraron tras romper la puerta blindada.

En la ciudad balnearia de Mar del Plata, a 400 kilómetros de la capital, también se repitieron los ataques con huevos y objetos mucho más contundentes contra bancos.

En Córdoba, a 714 kilómetros de la capital, el sindicato de mecánicos realizará hoy un paro y asamblea general contra los despidos previstos por Renault y otras firmas metalúrgicas y automovilísticas. El Bloque Piquetero Nacional, que realizó una multitudinaria asamblea los pasados sábado y domingo en la Plaza de Mayo, aprobó un plan de lucha con cortes de carreteras, marchas sobre las sedes gubernamentales nacional y provinciales, que se extenderá hasta el próximo 8 de marzo.

Los parados y las asambleas populares de barrios rechazan ¢la concertación¢ con el Gobierno, al que tachan de ¢enemigo de la clase obrera¢ y han elaborado un programa económico que implica nacionalizaciones de empresas, así como el no pago de la deuda externa, y exige romper toda negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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