Un trabajador pierde una prejubilación de 630.000 euros por un despido improcedente
Un empleado de Endesa Generación fue despedido disciplinariamente en 1999, lo cual fue declarado improcedente por el juzgado de lo social en una sentencia que otorgaba a la empresa la posibilidad de optar entre la readmisión o la indemnización correspondiente.
Según la sentencia, publicada en El Diario de las Audiencias, la empresa eligió la indemnización sin considerar que un año después de su despido, al cumplir los 52, el trabajador hubiera podido acceder a la situación de prejubilación. El presunto perjuicio causado al empleado asciende a 631.200 euros (más de 105 millones de pesetas), puesto que le quedaban 13 años hasta llegar a la edad de jubilarse, ya que durante el periodo de prejubilación la empresa garantizaba el 100% de la retribución.
El trabajador entendió que el hecho de que la empresa le despidiera de forma improcedente y luego no quisiera readmitirle, todo ello poco antes de que pudiera acceder al programa de prejubilación, supone un "abuso de derecho" por parte de Endesa Generación.
El tribunal de primera instancia dio la razón al trabajador y estimó que la empresa había utilizado la posibilidad de indemnizarle en lugar de readmitirle con la intención de dañarle. La juez consideró que la idea de una indemnización es compensar la pérdida de un trabajo, pero que eso no ocurre en este caso en el que los beneficios de la prejubilación estaban tan próximos.
Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha revocado esa decisión y ha dado la razón a Endesa al apreciar que se limitó a elegir legítimamente una de sus dos opciones legales. La Sala afirma que "quién usa su derecho no puede cometer abuso alguno".
Además, el tribunal superior razona que no existe el derecho consolidado de acceder a la prejubilación, sino que el trabajador, "a lo más, sería titular de una expectativa de derecho". Y añade que "la apreciación del abuso de derecho debe hacerse siempre de forma muy restrictiva".