La caída del precio del crudo aporta el 100% de la mejora del saldo comercial
La ligera corrección del déficit comercial de España durante este año es consecuencia, en su totalidad, de la caída del 36,2% en el precio de los productos energéticos, especialmente del petróleo. El peso de la factura energética sobre el déficit global se mantiene en el 36% alcanzado en 2001.
En un año marcado por la fuerte desaceleración de las exportaciones, que hasta noviembre crecen en términos reales 9,2 puntos porcentuales menos que en 2000, sólo la caída de los precios energéticos, especialmente del petróleo, ha evitado que el déficit de la balanza comercial española se disparara a un nuevo máximo histórico próximo a 48.000 millones de euros (ocho billones de pesetas).
Los datos avanzados la semana pasada por la Secretaría de Estado de Comercio, correspondientes a los 11 primeros meses de 2001, estiman en un 7,3% el descenso de los precios de las importaciones energéticas en el periodo, cifra que contrasta con el aumento de un 87,9% que mantenían un año antes. Un comportamiento a la baja que ha permitido también compensar la subida de las tarifas de otros bienes, sobre todo los de consumo.
Con unos pagos de 17.800 millones de euros (2,97 billones de pesetas) hasta noviembre, las compras energéticas representan el 11,3% de todas las importaciones españolas, mientras que las exportaciones sólo permitían cubrir el 22% de esa cantidad, con un saldo negativo en la balanza sectorial de 13.932 millones de euros (2,31 billones de pesetas).
Esta factura, que en el ejercicio de 2000 explicaba el 84,4% del crecimiento total del déficit comercial, es este año el responsable único de la ligera corrección de dos décimas en el saldo negativo de nuestros intercambios comerciales con el exterior, al que contribuye en un 36% del total, peso equivalente al que representaba el año pasado.
Los productos energéticos y los bienes de equipo, que en enero-noviembre arrojan un déficit de 14.540 millones de euros (2,42 billones de pesetas), suponen por sí solos el 73% del desequilibrio de la balanza comercial española, y ambos presentan una evolución negativa durante el ejercicio de 2001, explicable en el caso de la energía por la comentada caída de los precios; mientras que la reducción en la compra de equipos refleja la desaceleración en las inversiones productivas de las empresas españolas y afecta, sobre todo, a las compras de material de transporte y de equipos de oficina y telecomunicaciones.
Banca y comunicaciones liderarán la exportación
La atonía del comercio internacional observada en 2001 continuará durante la mayor parte del ejercicio de 2002, en sintonía con la debilidad de la actividad económica internacional, afectando también al sector exterior español que, previsiblemente, tendrá todavía ¢un comportamiento menos dinámico que el de este año¢.
Así lo afirma el último informe sobre el comercio exterior de España elaborado por las Cámaras de Comercio, que estima que las ventas españolas de bienes y servicios en los mercados exteriores alcanzarán un crecimiento del 3,8% durante el año en curso, en línea con las previsiones apuntadas por los principales organismos internacionales.
Instituciones de crédito y financieras, comunicaciones, minerales, productos no metálicos y productos lácteos serán los sectores que liderarán este crecimiento de las ventas exteriores españolas, según el informe de las Cámaras; mientras que las perspectivas más pesimistas se concentran en los sectores industriales y, fundamentalmente, en energía eléctrica, agua y gas.
En relación con las importaciones, serán los productos textiles, papel y los servicios de transporte los sectores que registrarán un mayor crecimiento en 2002, frente a la minería de la hulla y lignito que se mantendrá como la actividad menos dinámica.
El informe de las Cámaras cifra en el 3,7% el crecimiento de las importaciones españolas durante este año, una décima por debajo de la tasa de aumento estimada para las exportaciones.