En busca del capital exterior
Afectada por un importante déficit presupuestario y un déficit exterior todavía más grave, sometida a una necesaria política de estricta austeridad que ha desacelerado el crecimiento, inmersa en un proceso de reformas, todavía incipientes, y con evidente retraso en el saneamiento y reconversión de las grandes empresas y el sector financiero; el horizonte económico de la República Eslovaca se mueve entre la aspiración por acercarse a los países integrados en el primer grupo de la ampliación de la UE, especialmente a la República Checa, y una fuerte inestabilidad política que incorpora nuevas interrogantes ante la convocatoria de elecciones para el próximo otoño.
Por otra parte, y a diferencia de otros países de la región, Eslovaquia adolece de una presencia importante de los capitales extranjeros que han sido los motores del despegue y la modernización de sus vecinos. Las empresas europeas (alemanes, austríacos, holandeses, suizos, franceses, británicos e italianos) lideran la clasificación de países inversores, pero la cifras absolutas son todavía muy bajas y apenas representan el 0,8% del PIB frente al 4,7% en Hungría o el 2,5% de la República Checa.
Sin embargo, algunas de estas carencias aparecen también como unas de las principales potencialidades de futuro para este país, cuya renta media por habitante (en torno a los 3.800 euros) supera en más de 500 euros a la media de la región, diferencia que se amplía aun más al analizar el poder de compra (11.785 euros frente a 8.688), y que se beneficia, además, de una posición privilegiada en el centro de Europa. Así, la necesidad de acelerar las privatizaciones bancarias e industriales debe mejorar el potencial económico del país y la presencia de inversores extranjeros, mientras que los ingresos obtenidos por estas privatizaciones deben servir para reducir el déficit presupuestario.
Con estas perspectivas, no parece difícil que la economía eslovaca mantenga, en 2002, unos niveles de crecimiento similares a los del último ejercicio, en torno al 2,7%, mientras que continuará su apertura al exterior, especialmente en materia de intercambios comerciales. Precisamente este año se completará el desarme arancelario para los artículos industriales de la UE, área con la que realiza actualmente el 61% de sus exportaciones y el 52% de sus exportaciones, con un crecimiento medio anual del 27% y 23%, respectivamente, desde 1993, hasta situarse en el 30º cliente de los Quince.
Este fuerte crecimiento de las relaciones comerciales se ha producido también en los intercambios bilaterales con España, que desde el mismo año han registrado crecimientos anuales del 41% para las exportaciones españolas y del 35% en las importaciones. A pesar de ello, el volumen real de intercambios es todavía muy inferior al de la potencialidad de ambos mercados, con unas ventas españolas por valor de 259.858 euros entre enero y septiembre de 2001, frente a unas compras por 109.524 euros, cifras que sitúan a Eslovaquia como 49º cliente de España y nuestro 68º proveedor.
El sector del automóvil, fundamentalmente en el capítulo de componentes, es el principal renglón de las ventas españolas a Eslovaquia, con más del 50% del total, siendo también destacables los envíos de cítricos, aparatos eléctricos, plásticos, confitería, tomates y cerámica.
Y, si las relaciones comerciales son escasas, las inversiones españolas han sido prácticamente nulas. Sólo Unión Fenosa ha invertido en el país, a través de su filial Energo-Info, dedicada a la consultoría para empresas de agua, gas y electricidad. Otras dos empresas con participación de capital español, Transtrade y Lukmart, se dedican a la importación y distribución de productos agroalimentarios.
La ausencia hasta ahora de una oficina comercial de España en Eslovaquia constituye una falta de apoyo a las empresas españolas interesadas por este país que sólo se suple de un modo parcial desde la Oficina Comercial de Praga. Pero, frente a este problema coyuntural conviene recordar también que Eslovaquia es uno de los países del Este con los tipos de interés más bajos, situándose la media ponderada del tipo aplicado entre el 4,5% y el 5% del valor declarado de las mercancías. Los intercambios con la UE se rigen por el Acuerdo de Asociación vigente desde febrero de 1995, mientras que la legislación sobre inversiones extranjeras es plenamente liberal. El sector privado aporta ya cerca del 90% del PIB nacional y se permite a los inversores extranjeros participar hasta en un 100% en el capital de las empresas locales. La posesión de un 34% de las acciones permite disponer de una minoría de bloqueo y existe una igualdad total de tratamiento con los inversores eslovacos.
Las mayores oportunidades de negocio, a corto plazo, para las empresas españolas se centran en los sectores de agroalimentación y distribución comercial, materiales de construcción, infraestructuras (si se relanzan los planes de modernización) y turismo, además de en las privatizaciones.
De reserva agrícola a la industria y los servicios
Eslovaquia era la zona más agrícola de Checoslovaquia pero en la etapa comunista se optó por un desarrollo industrial basado en la siderurgia, el armamento, el papel y la petroquímica. La desaparición del Comecon forzó el redimensionamiento de estos sectores, a la vez que sufría los efectos de la separación de la República Checa. Los últimos informes del Instituto Español de Comercio Exterior (Icex) resumen la situación actual de los diferentes sectores productivos en los siguientes términos:
Agricultura En Eslovaquia las antiguas cooperativas estatales y las cooperativas del periodo socialista han dado paso a la aparición de los empresarios agrícolas que poseen el 30% de las explotaciones agrarias en la actualidad. No obstante, el 67% de las tierras de cultivo sigue siendo explotado por cooperativas. El sector primario aporta en torno al 4,5% del PIB y los principales cultivos son los cereales, la remolocha azucarera y semillas oleaginosas. También es importante la producción maderera.
Industria El proceso de transición hacia una economía de mercado iniciado en 1989 ha afectado de manera considerable la industria mecánica, que fue la más importante del país hasta esa fecha, y la armamentística. Hoy las principales actividades industriales corresponden a los sectores químico, farmacéutico y metalúrgico, siendo destacables también el material de transporte, la alimentación, el papel y la madera. La importación al PIB se estima en el 35,1%, incluyendo la actividad en construcción.
Servicios El sector de servicios ha aumentado notablemente su contribución al PIB en los últimos años, hasta situarse en el 60,4%. Desde la transición a la economía de mercado se ha producido un cambio sustancial en el sistema de venta al por menor, mientras que el turismo presenta excelentes perspectivas aunque requiere grandes inversiones.
Comercialización El procedimiento de venta mayorista del antiguo sistema socialista ha sido reemplazado por almacenes, cadenas de supermercados y mayoristas en los que la participación extranjera es significativa. Entre los distribuidores comerciales que han entrado en el mercado eslovaco destacan la cadena británica Texco, la francesa Carrefour y la checo-alemana Delvita. Están registrados 8.000 establecimientos comerciales, de los que 13 son hipermercados.
Privatizaciones El proceso de privatizaciones entra ahora en su fase más importante, al abordarse el traspaso al sector privado de los sectores considerados estratégicos, que incluyen el transporte por carretera, las telecomunicaciones, la energía eléctrica y el gas.