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Parque / Cajas

Isla Mágica será rediseñado para ser viable con menos visitantes

Emilio Carrillo amenaza a los bancos acreedores con el cierre a medio plazo de Isla Mágica y la consiguiente pérdida de sus inversiones si la quita de la deuda financiera, cifrada en 39 millones sobre una deuda total de 65 millones de euros, no alcanza el 80%. De momento, la banca ofrece el 50% e Isla Mágica replica que si se acepta su propuesta el 20% de la deuda será abonada en el mismo día de la firma del acuerdo.

Pese al aparente ultimátum, el resto del plan de salvación impulsado por el nuevo presidente, que ya no establece nuevos ajustes de costes, parte de la premisa de que el parque es viable y de que las cajas que lo controlan (El Monte, San Fernando y Unicaja) están dispuestas a "garantizar su continuidad" aportando incluso más capital. El cambio de escenario ha sido radical desde que las cajas sevillanas firmaron la paz con el PSOE y con la Junta. Ahora, las cajas ya no tienen la prioridad de abandonar Isla Mágica a su suerte ni creen urgente buscar un comprador. Es más, la situación de la empresa ya no parece tan grave ni su reflotamiento tan complejo una vez sustituido el equipo del anterior presidente, Enrique Moreno de la Cova.

Primero, como explica Carrillo, se va a apostar por el saneamiento de Isla Mágica, que garantiza el normal funcionamiento del parque en esta temporada. Después vendrán las negociaciones con la media docena de empresas que se han interesado por comprar o gestionar el recinto. Pero si el acuerdo no le interesa a Isla Mágica ni a Sevilla, no lo habrá.

Beneficios en 2005

Así de claro lo tiene Emilio Carrillo, que acaba de aterrizar en la presidencia de Isla Mágica. Confiesa que su plan para sanear Isla Mágica contiene básicamente las ideas que le han aportado los técnicos de la casa. La viabilidad de Isla Mágica, que espera lograr beneficios en 2005, pasa por puntales como el acuerdo con los bancos y un nuevo plan de amortizaciones a largo plazo a negociar con Cartuja, propietaria de los suelos donde se asienta el recinto. Y a medio plazo el éxito debe venir de su apuesta por las tecnologías del ocio, donde pretende ser referente.

En sus primeros pasos, Carrillo ha limitado el ajuste a una simplificación del organigrama y a un recorte de la inversión en promoción. También ha rebajado las tarifas para hacerlas más populares y ha puesto en marcha la nueva dimensión a la que aspira el recinto.

En este sentido, Isla Mágica quiere echar raíces en su territorio más próximo: Andalucía, sur de Extremadura, Castilla-La Mancha y El Algarve portugués. Entre las políticas más novedosas que proyecta la nueva presidencia para este mismo año figuran el futuro alquiler de atracciones con opción de compra y el acuerdo con otros parques. En este capítulo ya se ha anunciado la firma de un convenio con el valenciano Terra Mítica, por el que los poseedores de pases de uno de los dos recintos podrán entrar gratis en ambos parques. En este primer ejercicio, cuando se esperan mantener las 700.000 visitas de 2001, Carrillo ya espera recortar a la mitad los seis millones de euros de pérdidas del 2000.

Un experto economista que también es político

 

Emilio Carrillo, cuya presidencia no será remunerada, está al frente de Isla Mágica por algo más que ser teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla y delegado de Economía, aunque admite que asume su nuevo cargo desde su "compromiso con la ciudad", que tanto teme el cierre de un activo turístico como el del parque temático. Carrillo ya estaba en el consejo de Isla Mágica como representante del ayuntamiento, y aunque el peso de esta institución es evidente en esta última fase, su brillante currículum de doctor en Economía y experto internacional en desarrollo local avalan profesionalmente su nombramiento. Su trayectoria política, siempre enmarcada en áreas económicas, es todavía minúscula comparada con su faceta económica. Fue seis años vicepresidente de la Diputación de Sevilla y lleva dos en el ayuntamiento, pero es profesor de Economía Política desde 1989, dirige seis proyectos de desarrollo en América Latina y el Magreb y preside una comisión de la ONU en este mismo campo, por citar sólo algunos puntos de su haber profesional.

Emilio Carrillo, de 42 años, ha participado también en el reflotamiento de muchas empresas, pero admite que nunca había estado implicado en un proyecto con una deuda tan abultada como la de Isla Mágica.

Cuando a la semana de tomar posesión como presidente ofreció una rueda de prensa, su dominio del proyecto y su claridad de ideas sobre cómo salvar el parque fueron tales que su comparecencia tuvo que rematarla con un reproche a los periodistas: "¿Es que no pensáis desearme suerte?" Nadie pensó que la necesitara.

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