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Bolsa

Suspenso en buen gobierno

El 40% de los consejos de administración de las compañías del Ibex 35 incumple las normas básicas de buena gestión

Los consejos de administración del 40% de las compañías que componen el Ibex 35 incumplen los principios de buen gobierno internacionalmente reconocidos, según un estudio elaborado por Analistas Bursátiles a petición de Soler-Padró Morrow, ambas consultoras independientes especializadas en el asesoramiento a la empresa cotizada. Una de las principales conclusiones de este estudio es que las compañías con una vida bursátil más corta son las que demuestran mejores prácticas de gobierno (TPI, Zeltia y Ferrovial son las que mayor puntuación obtienen), mientras que las más antiguas son las que más aspectos deben mejorar en sus modelos de gestión. Tres pesos pesados del Ibex como son SCH, Telefónica y BBVA ocupan el furgón de cola de esta clasificación a pesar de su dilatada experiencia bursátil. 'Las empresas que más tarde han saltado al parqué están más sensibilizadas con los principios de buen gobierno debido a la influencia del Código Olivencia, mientras que las más antiguas todavía están regidas, en líneas generales, por férreas estructuras', según Miquel Campaner, analista de Soler-Padró Morrow.

Para elaborar esta clasificación, Analistas Bursátiles ha utilizado tres criterios fundamentales: la composición y el funcionamiento del de los consejos de administración de las compañías, los sistemas de retribución de los consejeros delegados y la existencia o no de mecanismos anti-opa.

Los consejos de administración mejor valorados son los que cuentan con un mayor número de miembros independientes. 'Los consejeros externos son muy importantes porque son los que mejor representan los intereses de los pequeños accionistas', explica Campaner. También se valora positivamente que existan dos comisiones de control anuales (una de auditoría y control y otra de nombramiento y remuneraciones), así como que el número de horas anuales que se reúnen los miembros del consejo sea el óptimo (el ideal serían 100 horas anuales y el mínimo 48 horas).

En cuanto al sistema de retribuciones de los consejeros, el aspecto que más pondera para establecer la clasificación, Analistas Bursátiles es partidario de los sistemas de retribución variable bien mediante dividendos, porcentaje sobre los beneficios o con opciones sobre acciones. 'Una de las mayores críticas que se hace a los consejeros es el de la indiferencia y la pasividad. Para evitar esto y hacer que velen por los intereses de los accionistas, creemos que lo más eficaz es que sus salarios estén ligados a los resultados de la compañía', apunta Campaner. Soler-Padró Morrow recuerda, sin embargo, que los planes de acciones sobre acciones deben estar bien estructurados para evitar que den lugar a una gestión meramente especulativa.

Un aspecto que refleja el mal gobierno de una compañía, restando puntos a su calificación, es la existencia de restricciones al control o mecanismos anti-opa, 'cuyo objetivo es perpetuar la presencia de los consejeros independientemente de su gestión'. Estas restricciones pueden ser estatutarias (limitación al derecho a voto, mayorías reforzadas) o administrativas (contratos blindados, acción de oro).

Tras ponderar todos estos aspectos, Analistas Bursátiles establece cuatro grupos dentro del Ibex 35. El primero estaría compuesto por las ocho compañías que cumplen satisfactoriamente los principios de buen gobierno -TPI, Zeltia, Ferrovial, Indra, Gamesa, Dragados, Carrefour y Telefónica Móviles-; el segundo grupo sería el de aquellas empresas que muestra un correcto grado de cumplimiento, pero que no se despegan mucho de la media del Ibex -Altadis, Amadeus, Sogecable, Inditex, Repsol, Terra, REE, Endesa, Bankinter, Aceralia, Telepizza, ACS y Gas Natural-; los miembros del tercer grupo son las compañías cuyo gobierno presenta aspectos susceptibles de ser mejorados para optimizar la creación de valor a largo plazo (Iberdrola, NH, Prisa, Alba, Unión Fenosa y Banco Popular); y el último grupo, el de peor puntuación, sería el compuesto por aquellas empresas que necesitan hacer importantes mejoras para que 'su consejo de administración esté alineado con los intereses de los accionistas -BBVA, Sol Meliá, Acciona, Telefónica, SCH, Acesa, FCC y Acerinox-'.

En opinión de las consultoras encargadas de elaborar este estudio, aunque las compañías españolas han avanzado en sus prácticas de buen gobierno, aún tienen que recorrer un largo camino hasta profesionalizar por completo sus consejos de administración para que estén orientados a la creación de valor.

Reflejo en la acción

'Entre los inversores hay una creencia cada vez más sólida sobre la existencia de una relación directa entre el cumplimiento de los códigos de buen gobierno y la optimización de la acción', según Jacinto Soler-Padró, presidente de Soler-Padró Morrow. En los últimos 12 meses, las empresas que están por encima de la media del Ibex en cuanto al cumplimiento de los principios de buen gobierno han tenido un mejor comportamiento (-6,78%) que las compañías con peores prácticas (-13,11%) a pesar de que en ese grupo se encuentran muchas empresas encuadradas dentro del Nuevo Mercado.

'Aparte de la liquidez, cuando estudiamos invertir en un país, uno de los criterios fundamentales que utilizamos para decantarnos por una compañía u otra es el buen gobierno de las empresas', comenta José Arau, directivo de Calpers (California Public Employees Retirement System), el mayor fondo de pensiones del mundo, fundado en 1932 y que cuenta en la actualidad con 1,2 millones de partícipes y gestiona 151.000 millones de dólares (170.000 millones de euros, aproximadamente). Arau sostiene que los consejeros independientes garantizan una mayor transparencia en la gestión de la empresa y una defensa de los accionistas por encima de los intereses de los ejecutivos. En su opinión, el buen gobierno cobra ahora mayor importancia tras el caso Enron porque los inversores están muy sensibilizados respecto a la gestión de las empresas. En este sentido, Arau reconoce que la quiebra de la eléctrica estadounidense ha sido una gran sorpresa sobre la que hay que sacar importantes conclusiones: 'Lo que ha pasado con Enron es incomprensible dada la preocupación que existe en EE UU por los criterios de buen gobierno. Era una compañía ejemplar que de la noche a la mañana lo ha perdido todo'.

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