Vence el futuro con bajo negocio
Hoy es el tercer viernes de febrero y vence el futuro sobre el Ibex. El periodo comprendido entre las cuatro y cuarto y las cinco menos cuarto de la tarde es el que marca este apunte singular, que, desde siempre, transmite volatilidad, nervios y grandes apuestas para el próximo vencimiento. La incorporación de muchos productos a los vencimientos hace de esta fecha algo especial, como todos los terceros viernes de mes.
El fenómeno alcanza una mayor dimensión, porque los futuros vencen en las principales Bolsas del mundo. Es la triple hora embrujada en Nueva York y son muchos los que intentan leer en los posos del café del vencimiento, la tendencia y dirección de los mercados. Hay quienes consideran que un vencimiento bajista y con violencia no augura nada bueno. Y al revés.
Los últimos vencimientos se han caracterizado, no obstante, por actuaciones pobres en términos de negocio y cortas variaciones en los índices. El desinterés ha sido manifiesto y, en efecto, la tendencia seguida por los mercados se ha caracterizado, en esencia, por el desapego de los inversores.
La media hora de hoy se ofrece, por tanto, especialmente interesante, porque llega en un momento en que los flujos de fondos han disminuido de manera considerable. Ello anima, como se observa desde hace varios días, la volatilidad y los contragolpes.
Coincide este hecho, más técnico y matemático a la postre que otra cosa, con el son de los violines de las principales firmas de análisis extranjeras. Interpretan todos los signos económicos recientes como indicativos de que la recuperación económica en Estados Unidos está en marcha.
La enronitis duró poco en Wall Street, porque se trata de pasar rápidamente cualquier página negativa. De ahí el rebote al alza incipiente de los mercados en la semana.