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Resultados

La banca gana en España sólo un 1% más, el peor resultado anual desde 1994

Los bancos que operan en España, considerados sólo matrices, registraron el año pasado el peor resultado en siete años, según las series históricas de la AEB, con un exiguo aumento del beneficio del 1%, muy influido por el incremento de provisiones y saneamientos. Los grupos bancarios consolidados ganaron el año pasado 6.252 millones de euros (1,04 billones de pesetas), un 4,9% más que en 2000. El crecimiento del negocio de los dos grandes gracias a la adquisición de filiales latinoamericanas y al ensanchamiento de los márgenes explica este crecimiento, que se ha visto muy limitado por la necesidad de aumentar las dotaciones para el saneamiento de los activos y amortizar los fondos de comercio.

Los fondos destinados por el BBVA y el Santander Central Hispano a cubrir los riesgos de sus inversiones en Argentina y el impacto de la amortización de los fondos de comercio generados por sus adquisiciones frenaron el año pasado los beneficios del conjunto del sector. Hay que tener en cuenta que BBVA y SCH absorben algo más del 80% de los activos y beneficios totales consolidados.

Así, el resultado antes de impuestos de los grupos bancarios fue de 10.005 millones de euros (1,66 billones de pesetas), con un aumento de tan sólo un 1,4%, según la AEB. El resultado atribuido llegó a 6.252 millones de euros (1,04 billones de pesetas), un 4,9% más que el año anterior.

En concreto, los grupos bancarios destinaron a dotaciones 4.191 millones de euros (697.323 millones de pesetas), un 156,4% más que en 2000. De la cifra total, 2.603 millones de euros (433.100 millones de pesetas) fueron a amortizar fondos de comercio.

El fuerte impacto de los fondos de comercio en los resultados de los grandes grupos llevó el otro día a Botín a pedir una normativa contable similar a la de EE UU, cuyas compañías no están obligadas a amortizarlos mientras no exista pérdida de valor. Los responsables de la AEB se sumaron ayer a la petición, pero manifestaron que 'es un problema de ámbito europeo' y que 'debería aprovecharse la armonización contable pendiente en Europa para eliminar las desventajas competitivas con EE UU'. Al ser 2001 el primer ejercicio en el que la AEB facilita datos consolidados, no hay elementos comparativos respecto al crecimiento registrado otros años. Pero el aumento del 4,9% implica una considerable desaceleración sobre los avances registrados en trimestres anteriores. Sin ir más lejos, el beneficio atribuido hasta septiembre creció un 14%.

Donde sí es posible la comparación histórica es al analizar los resultados de los bancos instalados en España considerados individualmente, es decir, sólo matrices, sin consolidar.

De acuerdo con este enfoque, la banca registró el año pasado su peor resultado desde 1994, un año influído por la crisis de Banesto. El beneficio antes de impuestos bajó un 3,9%, hasta 5.220 millones de euros (868.534 millones de pesetas) y sólo gracias a que se contabilizaron menos impuestos, el resultado del ejercicio subió un 1%.

En 2000, el aumento fue nada menos que del 31%, un beneficio récord gracias a los dividendos y a las operaciones financieras. En 2001, fueron los ingresos por dividendos, con un crecimiento del 134%, el único epígrafe que compensó el mal comportamiento del resto. Y es que mientras que en 2000 las operaciones financieras (sobre todo gracias a la revalorización del dólar) aportaron a la cuenta de ganancias nada menos que 1.225 millones de euros (204.000 millones de pesetas), el año pasado este capítulo sólo supuso 325 millones de euros (54.000 millones de pesetas), una caída del 73,5%.

Lo que más pesó en la cuenta de resultados, no obstante, fueron las aportaciones realizadas al fondo de cobertura estadístico de insolvencias y al saneamiento de inmovilizaciones financieras.

Provisión y saneamiento

En cuanto al fondo de cobertura estadístico de insolvencias (Foncei), hay que tener en cuenta que mientras en 2000 sólo estuvo en vigor el segundo semestre, los bancos estuvieron obligados a dotarlo todo el año pasado.

Así, de los 1.606 millones de euros (267.000 millones de pesetas) que se destinaron al conjunto de amortizaciones y provisiones para insolvencias, 940 millones de euros (156.404 millones de pesetas) fueron para el nuevo fondo estadístico. En 2000, de los 1.000 millones de euros (166.386 millones de pesetas) para este capítulo, 400 millones de euros se destinaron al Foncei (66.554 millones de pesetas). O lo que es lo mismo, el Foncei restó el año pasado 540 millones de euros más que el año anterior (89.848 millones de pesetas).

Aún más llamativo es el capítulo de saneamiento de participaciones, que pasó de 99 millones de euros (16.400 millones de pesetas) en 2000 a 2.694 millones de euros (448.243 millones de pesetas) en 2001, rúbrica que hace evidente el fuerte impacto de la crisis de los mercados. æpermil;ste se deja sentir también en las comisiones, que se reducen un 0,3% como consecuencia del descenso del patrimonio gestionado de los fondos y de la disminución de los servicios ligados a la contratación de valores.

Los márgenes y el negocio típico resisten

 

 

Los bancos españoles resistieron el año pasado el embate de la desaceleración económica y lograron mantener razonablemente sus márgenes y el crecimiento del negocio típico. El balance de la banca aumentó 45.000 millones de euros (7,4 billones de pesetas). Las entidades captaron 43.000 millones de euros de recursos de clientes e incrementaron 2.000 millones de euros sus recursos propios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los depósitos de ahorro crecieron un 7%, otros débitos (fundamentalmente cesiones temporales de activo) crecieron un 32,4%; los pasivos subordinados, un 25,3%, y los débitos representados por valores negociables, un 12,1%. Con estos aumentos del pasivo de clientes, pudieron dar casi 25.000 millones de euros más de créditos (casi cuatro billones de pesetas), lo que supone un crecimiento del 8,2%, que 'interrumpe la desaceleración de los últimos meses', según el asesor financiero de la AEB, Julio Rodríguez. Pero con el exceso de recursos captados, ampliaron, además, la cartera de renta fija y variable y pudieron desendeudarse en el mercado interbancario.

 

 

 

 

 

 

 

Pese al frenazo en los beneficios por las mayores dotaciones, la parte alta de la cuenta de resultados arrojó cierta mejoría. De hecho, el margen de explotación de los grupos consolidados creció un 23,5% y mejoró tres centésimas sobre un año antes, calculado sobre activos totales medios, gracias a la mejora del margen de intermediación y al control de gastos. En el caso de las matrices, el margen de intermediación crece un 37,1%, y el de explotación, un 42,9%.

 

 

 

 

 

 

 

Además, cerraron con una tasa de morosidad del 0,91%, idéntica a la del año anterior y con un mejor índice de cobertura (245% frente a 208% en 2000).

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