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Tribuna
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El impacto del 11-S sobre las pymes

A raíz de los sucesos del 11 de septiembre, que bien podían haber supuesto una estocada mortal a una economía con claras señales de cansancio, nos planteamos hacer un seguimiento especial sobre los comportamientos y reacciones de los agentes económicos con los que tratamos diariamente: empresarios e inversores.

El punto de partida era muy claro, hacer la observación desde nuestra perspectiva, el mundo de las fusiones y adquisiciones, siendo los sujetos las empresas no cotizadas de tamaño mediano en todo el territorio español.

La perspectiva de fusiones y adquisiciones, al ser una parte más que afecta a la vida de las empresas, nos permite profundizar y contrastar con los empresarios sobre su estrategia, planes y proyectos futuros. Cada semana estamos en contacto con decenas de empresarios que se plantean decisiones como ¿vendo mi empresa o doy entrada a un socio financiero?, ¿desinvierto o adquiero otros negocios?, ¿aumento capital y desarrollo este plan de expansión o me repliego?

Nuestra posición profesional nos brinda un excelente observatorio sobre los pensamientos e inquietudes de un colectivo de empresarios de tamaño mediano -facturación entre 12 y 120 millones de euros-, empresas no cotizadas en Bolsa y de cualquier sector. Esto define el perfil más claramente. Empresarios que gestionan sus empresas de forma independiente, a veces en solitario, con poca vinculación a lo que podríamos llamar la economía financiera y con gran parte de su patrimonio involucrado en su proyecto empresarial. Por tanto, sus opiniones y actuaciones están menos influidas por criterios macroeconómicos y lejanos de la tecnoburocracia financiera.

æpermil;stos son los hechos observados estos últimos meses:

Un importante aumento del número de mandatos de gestión: un 35% más respecto al último trimestre de 2000 y más que este mismo periodo en los últimos siete años.

De la mayoría de estos nuevos mandatos, más del 80% no son de venta sino de financiación (capital y/o deuda) para proyectos de expansión.

El volumen real de inversión requerido en estos nuevos mandatos duplica la cifra del gestionado por nuestra firma en todo el año pasado. No olvidemos que todo requerimiento de inversión externa, ya sea de socio financiero, industrial o banco, va acompañado de inversión propia en niveles cuanto menos similares a la solicitada.

Por parte de algunos financieros, se han observado comportamientos dubitativos, temerosos y a veces contradictorios, que, en definitiva, han podido provocar una situación de incertidumbre y falta de confianza.

Por parte de las empresas, en su mayoría ha prevalecido la madurez, la responsabilidad y el sentido común. Se ha mantenido el rumbo: los proyectos no se han cancelado y los planes de negocio, normalmente de expansión y crecimiento, han continuado.

A la vista de estos cinco puntos, dejo al lector que saque sus propias conclusiones.

Las mías son optimistas y se basan en la confianza que tienen e inspiran nuestros cada vez más maduros y fiables grandes empresarios de tamaño mediano.

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