El grupo pierde un 3,6% de accionistas, que ya bajan del millón
Emilio Botín prometió el año pasado a sus accionistas convertir el valor del banco en "la inversión más rentable del sistema financiero" y pidió a sus directivos el máximo esfuerzo para "sacar chispas del capital" con la idea de que "crear valor para el accionista" sería una de las principales palancas de su estrategia. En la junta de este año únicamente se comprometió a aumentar de forma sostenida "a medio y largo plazo" la remuneración del inversor y conseguir que sus títulos valgan cada vez más. Y es que "hechos externos al banco", según explicó su presidente, como los acontecimientos del 11 de septiembre, la crisis en Argentina y la desaceleración económica han obligado al banco a rebajar varias veces la previsión de beneficios y a focalizar sus actuaciones en reforzar el balance, con el fin de "crear futuro", el lema del informe anual.
El SCH valía el pasado viernes 40.535 millones de euros (6,7 billones de pesetas). La intención de Botín es que valga a medio plazo un 35% más, 55.000 millones de euros (9,1 billones de pesetas), pero menos de lo que valía hace un año.
Para aplacar los ánimos de algunos de sus airados accionistas, Botín les recordó que la inversión que hicieron hace 10 años se ha multiplicado por siete. "Vamos a ocuparnos mucho más que nunca de explicar lo que es el grupo. No decimos suficientemente lo buenos que somos", se justificó.
Pero lo cierto es que el banco perdió el año pasado un 3,6% de sus accionistas respecto al cierre del año anterior, hasta alcanzar un total de 981.408. Un 67,14% del capital social pertenece a personas jurídicas y el 32,86% restante a personas físicas.
El banco distribuirá un cuarto dividendo el 30 de abril de 0,0631 euros, que unido los ya pagados a cuenta, representa un dividendo total de 0,2885 euros por acción, un 5,5% más que el año pasado.