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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

España crece, pero menos

La economía española creció un 2,3% el cuarto trimestre de 2001, según el Banco de España, lo que supone un 2,8% para todo el año, dos décimas menos que la previsión oficial del Gobierno y 1,3 puntos menos que el anterior ejercicio. El crecimiento del PIB entre octubre y diciembre ha sido tres décimas inferior al del trimestre anterior, lo que confirma la progresiva desaceleración del ritmo. Era iluso creer que la economía española, como llegaron a pretender algunas voces del Gobierno, estuviera poco menos que vacunada contra el negativo contexto internacional.

Lo positivo de estos datos, que el Banco de España suele ajustar con precisión a la realidad, es que, pese a la desaceleración, España ha seguido avanzando en la convergencia con sus socios de la zona euro, para la que la entidad estima un crecimiento del 1,5% en 2001, una décima menos que la propia Comisión Europea, la OCDE o el FMI. Es decir, la economía española parece estar superando esta fase de desaceleración mundial con ritmos de crecimiento más modestos, pero superiores a los del entorno. Esto ha permitido mantener la creación de empleo, aunque también a menor ritmo, sobre todo en la industria. El Banco de España, que no se muestra excesivamente crítico en su informe, advierte contra el peligro de subida de los salarios y de los costes laborales unitarios.

El crecimiento español se está basando en la demanda interna, sobre todo en el consumo privado y en la construcción, pública o privada. Por contra, continúa la 'gran atonía' de la inversión de las empresas en bienes de equipo por el empeoramiento de las expectativas. El cuarto trimestre refleja el estancamiento de la demanda interna, además de un notable deterioro de la externa. Las exportaciones de bienes y servicios han registrado tasas negativas, que prolongan el 'notable retraimiento' exportador iniciado a mediados de 2001.

En cuanto al déficit público, el Banco de España considera que en 2001 se ha alcanzado el equilibrio en el conjunto de las Administraciones, pero vaticina, como Bruselas y al contrario que el Gobierno español, un ligero déficit para 2002. En este sentido, lanza una advertencia sobre el riesgo de que, tras la entrada en vigor del acuerdo de financiación autonómica, no esté garantizado el principio de transparencia y control de las actividades del sector público. Es un aviso a tener muy en cuenta.

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