La producción de aceite de oliva establece un récord
España generará durante la presente campaña 1,18 millones de toneladas de aceite de oliva: la mayor producción de todos los tiempos. Además, los países tradicionalmente productores de aceite sufrirán fuertes caídas de sus cosechas, por lo que el camino de la exportación queda totalmente expedito para nuestro país, que experimentará este año una importante recuperación de su maltrecho mercado aceitero.
Al olivar español le ha llovido agua bendita: cuando registra la ma-yor producción de su historia, la cosecha de los países competidores se desploma a mínimos históricos. En 2002 sólo habrá aceituna en Espa-ña. Y habrá mucha aceituna.
Administración, organizaciones agrarias, industrias y cooperativas relacionadas con el sector contrastaron sus previsiones la semana pasada y coligieron que durante esta campaña (31 de octubre de 2001 hasta 1 de noviembre de 2002) la producción aceitera española se disparará hasta 1,18 millones de toneladas: la mayor de todos los tiempos.
Ahíta España y sedienta Europa por las adversas condiciones climáticas que han padecido las tradicionales zonas productoras asentadas principalmente en la ribera mediterránea, 2002 traerá una cierta recuperación del maltrecho mercado aceitero español, sumido en una crisis que dura ya varias campañas: según las previsiones crecerá la exportación 80.000 toneladas, hasta las 560.000; crecerá el consumo interno unas 20.000 toneladas, hasta 590.000, y disminuirán las importaciones unas 5000 toneladas, hasta las 15.000.
Además, los precios medios del aceite en origen, desafiando la eclosión productiva originada por los climas benignos y las nuevas explotaciones más tecnificadas, han crecido durante los últimos meses un 8% hasta situarse en unas 300 pesetas de media, y no parece que tal tendencia se quiebre de momento. Sólo un nubarrón se cierne en este despejado horizonte y no es baladí: el crecimiento de la producción lleva aparejado indefectiblemente un crecimiento de las penalizaciones por sobrepasamiento de la cuota garantizada que Bruselas asignó a España tras la nueva normativa del mercado aceitero diseñada en 1998.
Según cálculos de la Unión de Pequeños Agricultores los olivicultores recibirán un 43% menos por kilo de la subvención que le correspondería de no haber superado la cantidad garantizada, 760.000 toneladas para todo el territorio español.
Merma de beneficios
Así, en lugar de percibir las 220 pesetas preceptivas, los agricultores tendrán que conformarse con 125 pesetas por kilo: la diferencia es de 126.700 millones de pesetas. ¿Se comerán las penalizaciones, por tanto, los beneficios que deberían derivarse del crecimiento de la producción? LA UPA dice que sí. Sostiene que ¢las buenas campañas de producción no suponen que la renta del sector aumente; frente a ello el incremento de las ventas se verá anulado por el menor precio del producto y la reducción de las ayudas¢.
La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores considera que no tiene por qué. ¢Sólo en las zonas donde el olivar sea menos rentable, en algunas comarcas de Aragón o Castilla-La Mancha, la penalización acarreará una pérdida de renta de los agricultores, aunque si se mantienen los precios en los actuales términos, tampoco tendría que ocurrir¢.
Los olivareros establecen otro reproche. Y es que el incremento de las exportaciones será inútil si no supone un incremento a su vez de las cantidades envasadas, porque además de perder el valor añadido nuestro propio aceite se constituye en competidor de nuestras propias marcas.
Esto es, según fuentes de Asoliva, durante la campaña pasada las exportaciones a la UE fueron de 395.000 toneladas. Pues bien, de esta cantidad sólo 15.000 fueron vendidas con marca, el resto lo constituye aceite a granel que es envasado y vendido como propio por firmas europeas.
De hecho, sólo Italia, país más proclive a la realización de este tipo de prácticas, adquirió 237.000 toneladas de aceite de oliva español, más de la mitad de todo el que fue enviado a la Unión Europea.