Los cuatro retos del sector turístico
El turismo batió en 2001 el récord de llegadas de extranjeros, con 49,5 millones de personas, lo que supuso un 3,4% más que en el año 2000.
Los atentados terroristas cometidos el pasado 11 de septiembre en Estados Unidos han hecho que hayamos desbancado a este país como segundo destino turístico del mundo.
Los ingresos turísticos hasta octubre del año pasado sumaron en España 31.737 millones de euros, un 10,3% más que en ese periodo de 2000. El sector representa hoy en día un 12,1% del PIB español, superando también el mayor peso histórico, cercano al 11%.
Qué duda cabe de que, turísticamente, España se encuentra en una situación favorable frente a otros mercados. Esto es debido fundamentalmente al tan conocido efecto refugio de nuestro país, como receptor turístico frente a otras zonas más calientes de cultura musulmana y también a la cercanía de nuestros clientes principales (británicos, alemanes, italianos y franceses).
Hoy, cuatro meses después de los sucesos ocurridos en septiembre, las autoridades nacionales de turismo y las empresas del sector se han puesto rápidamente a trabajar en estrategias de negocio que incentiven la recuperación acelerada tanto del turismo mundial como del local.
Estas acciones deben ir encaminadas a la consecución de los cuatro grandes retos a los que se enfrenta el sector:
Seguridad. Hay que tratar de reducir, si no eliminar, la pérdida de confianza del consumidor, tomando las medidas de seguridad oportunas y comunicándolas de forma eficiente.
De igual modo hay que garantizar una comunicación pro activa, adecuada, honesta y transparente para mantener e incrementar la credibilidad en el mercado
Orientar la oferta. Se trata de segmentar y ajustar la oferta a las nuevas demandas y tráficos captados de destinos de entornos más problemáticos.
Es preciso reorientar los canales de distribución en cooperación con grupos internacionales que captan dichos tráficos y de enfocar las campañas de comercialización en los mercados de viajes internos, los mercados más cercanos y en los mercados internacionales clave de los que dependan sus operaciones comerciales.
Para ello hay que dirigir acciones de marketing y promocionales desde el sector público coordinadas con el sector privado como palanca fundamental para la recuperación de la demanda y de la seguridad del viajero.
Eficiencia operativa. Los retos aquí son revisar la estructura de negocio del sector privado con el objetivo de introducir medidas de mejora de eficiencia que permitan a su vez mantener la capacidad, mejorar la eficiencia y costes en los canales de distribución.
También es necesario acelerar la consolidación del sector a través de alianzas y fusiones o adquisiciones que permitan una mayor eficacia y eficiencia de negocio y mantener la capacidad operativa de la industria local a través de medidas gubernamentales de ayuda al sector turístico.
Cooperación público privada. Es fundamental fomentar la cooperación entre los sectores público y privado para asegurar un más eficiente uso de los recursos y un esfuerzo compartido (campañas de promoción regionales...).
Resumiendo, el sector de viajes y turismo comienza el nuevo año haciendo frente a una doble amenaza; a corto plazo, al choque de una demanda que se ha contraído bruscamente por pérdida de confianza del viajero, y a largo plazo, al impacto de una recesión económica internacional más prolongada de lo esperado.
En este contexto, y sin nuevos factores externos que puedan producir un impacto significativo, creemos que la confianza del consumidor en el sector turístico volverá a ser una realidad a lo largo de este año y que los esfuerzos en seguridad, marketing, eficiencia y cooperación propiciarán una recuperación del sector que se hará latente en la segunda mitad del año.